El comportamiento del cerdo de engorda

Tips para la Evaluación del Bienestar Animal

PHD. Marilú Alonso-Spilsbury
Universidad Autónoma Metropolitana-Xochimilco. DPAA, Área de Investigación:
Ecodesarrollo de la Producción Animal.

El comportamiento es un indicador sensitivo de los requerimientos, preferencias y estados internos de un animal (Mench y Mason, 1997), por ello es la forma principal del animal de interactuar con su ambiente. La productividad y el bienestar animal pueden ser compatibles si empleamos nuestro conocimiento de la biología del animal en términos de su comportamiento con respecto a su entorno (Baxter, 1983). El repertorio conductual del cerdo está influido principalmente por las condiciones de alojamiento (Herskin y Jensen, 2000).

El cerdo es un animal social (Jensen y Wood-Gush, 1984), de forma que mantenerlo en grupos favorece su organización social natural, y monitorear su conducta social espontánea en grupo es importante como una evaluación de su estado de bienestar. Los cerdos de un grupo forman jerarquías con el fin de estabilizar el grupo y promover la asignación de recursos haciendo innecesarias las peleas de forma que los animales dominantes aseguren primero el acceso a los recursos (Gonyou, 2001). Sin embargo, en granjas con alta densidad animal en confinamiento -se les hacina para ahorrar espacio y costosse acostumbra cambiar continuamente a los cerdos de corral para homogenizar los grupos por peso y es frecuente observar peleas, a veces con heridas considerables (Arey y Brooke, 2006). Alrededor del 10% de los cerdos en crecimiento reciben 50 o más lesiones en la piel por agresión durante las primeras 24 horas de ser agrupados (Turner y cols., 2009). Para Arey y Brooke (2006), los principales problemas de bienestar en cerdos en crecimiento son la falta de cama, el hacinamiento y la mordida de cola.

Para la evaluación del comportamiento apropiado de los cerdos, el protocolo Welfare Quality® (2009) se enfoca en la conducta social, las relaciones hombre-animal y el comportamiento cualitativo.

De acuerdo con el protocolo Welfare Quality® (2009), el comportamiento social y explorativo en los cerdos se mide observando desde afuera del corral cada grupo de cerdos durante 5 ocasiones empleando muestreo de barrido con intervalo de 2.5 minutos entre barridos, mismos que se llevan a cabo en tres puntos de observación. Cada punto de observación puede consistir entre 20 y 40 cerdos. Se cuantifica la proporción de cerdos que están activos, en conductas sociales positivas, conductas sociales negativas, exploración en el corral, exploración con material de enriquecimiento, y otras conductas activas. El porcentaje se expresa en proporción al número total de cerdos observados, o bien, en proporción al tiempo total de observación para calcular lo que en etología se conoce como presupuestos de tiempo.

El comportamiento del enfermo en los cerdos se ha demostrado en términos de una reducción de la ingesta de alimento y un decremento en la actividad (Johnson y von Borell, 1994). Asi por ejemplo, se ha visto que en un cerdo enfermo la actividad disminuyó de 44% a 10% el día 14 post-inoculación, quedándose acostado en recumbencia hasta el 77% del tiempo y dedicando a la interacción social menos del 1% del tiempo (Reiner y cols., 2009).

El comportamiento del cerdo de engorda comportamiento cerdo engorda 14Con respecto a la actividad, la conducta social positiva en los cerdos consiste en olfatear, nariguear o lamer a otro cerdo, moviendose gentilmente hacia otro animal sin que éste tenga una reacción de huida. Las conductas sociales negativas incluyen la agresión, mordida (cola u oreja) o cualquier otra respuesta por el animal molestado.

Los comportamientos sociales de los cerdos son objetivamente medibles, incluyen tanto interacciones no agonísticas como agonísticas, entre otras (Gonyou, 2001). Si el espacio que se proporciona a los animales no es el adecuado, no permitirá que los cerdos tengan una distancia individual de huida de sus compañeros dominantes de corral, ni una distancia social durante la alimentación y el descanso (McGlone y Curtis, 1985), por lo que el nivel de agresión puede aumentar reduciendo el nivel de bienestar (Wiegand y cols., 1994).

Una conducta social negativa como la agresión se puede presentar cuando los recursos como el espacio, la comida y/o el agua son limitados, lo que conlleva a una situación de competencia con la consecuente agresión (Temple y cols., 2011b). Sin embargo, la agresión no parece ser un problema en grupos grandes porque las relaciones de dominancia en estos grupos no están basadas en el reconocimiento individual, sino en otros signos como el tamaño corporal para evitar peleas costosas (Rodenburg y Koene, 2007).

En relación a las conductas activas, éstas incluyen comer, beber, defecar, orinar. En tanto que una conducta no activa, sería descansar o dormir. Los cerdos invierten la mayor parte del tiempo en acostarse y dormir. En promedio, los cerdos en crecimiento invierten entre 75% y 85% de su tiempo acostados, de 5% a 10% comiendo y el resto del tiempo en otras actividades como caminar, sentarse, hozar, husmear y beber (Gonyou, 2001).

La exploración es una necesidad para los cerdos (Studnitz y cols., 2007), constituye un pre-requisito para su supervivencia en condiciones de vida libre, donde hozar, nariguear y masticar constituyen conductas de forrajeo. Sin embargo, en confinamiento total, aun cuando sus requerimientos alimenticios sean satisfechos, están fuertemente motivados a explorar (Day y cols., 1995; Beattie y O ́Connell, 2002) y esa necesidad insatisfecha de explorar puede ser redirigida hacia sus compañeros de corral en una serie de conductas anormales (Petersen y cols., 1995) de manipulación como la mordida de cola o de orejas (Fraser y cols., 1991; Bulens y cols., 2018). Además, la privación de hozar conlleva a frustración (Dawkins, 1988). La frustración se puede percibir como un acto agresivo con mordida súbita de la cola (Taylor y cols., 2010).

Otra forma de exploración es la exploración del corral, ya sea olfateando, husmeando o lamiendo estructuras del corral (Welfare Quality®, 2009).

La mordida de cola aumenta los disturbios entre los miembros de un corral, conduce a malestar, irritabilidad, sobre-excitación e incremento de actividad, lo que empeora el problema (Arey, 1991). La mordida de cola se asocia con una reducción en la tasa de crecimiento (Wallgren y Lindahl, 1996), aumento en el riesgo de infección en pulmones y otros órganos y de decomiso de la canal (Kritas y Morrison, 2007); así mismo, puede ser causa de mortalidad (Beattie y cols., 2005; Walker y Bilkei, 2006). En el Reino Unido se ha reportado una incidencia de 9% de cerdos de engorda con mordida de cola (Hunter y cols., 1999).

El mamado de abdomen es otra de las conductas redirigidas que se puede presentar en la fase de crecimiento-engorda (Gonyou y cols., 1998; Camerlink y cols., 2012). En ocasiones el mamado de flancos resulta en necrosis severa de la piel con formación de úlceras en el sitio del ataque, y un total deterioro de la pared visceral y evisceración del cerdo (Allison, 1976). Sin embargo, la mayoría de las veces, las lesiones no son tan severas, mostrando hiperemia y edema de la piel con pérdida de pelo y erosión superficial en cerdos de engorda (Luescher y cols., 1989). El mamado o narigueo del abdomen en cerdos de engorda se ha asociado con la administración de alimentación líquida (Zoric y cols., 2015).

Para aumentar la exploración y disminuir los problemas de conducta anormal en cerdos en alojamientos intensivos, se emplea el enriquecimiento ambiental. El enriquecimiento ambiental se define como el uso de aspectos físicos o sociales que mejoran la calidad de vida de los animales bajo confinamiento y permite que los animales tengan la oportunidad de explorar e interactuar con su ambiente mejorando la actividad cognitiva, senso-motora y física (Gabriel y cols., 2010).

Los cerdos requieren de material para manipular y expresar su conducta exploratoria (Lahrmann y cols., 2015). La presencia de enriquecimiento en los corrales ocasiona que haya más actividad, exploración y menos manipulación oral por parte de los cerdos expresada como mordida de cola (Bolhuis y cols., 2006; Backus y cols., 2017). La paja y otros sustratos son una buena fuente de fibra para los cerdos pero su principal beneficio es el valor ocupacional, lo que reduce el riesgo de mordida de cola (Arey y Brooke, 2006). Mas aún, se ha observado que los corrales con enriquecimiento tienen menor prevalencia de cerdos con cojeras, de animales que requieren hospitalización y de lesiones severas en la cola (Temple y cols., 2012; Munsterhjelm y cols., 2015; Pandolfi y cols., 2017b). La provisión de enriquecimiento ambiental o social mejora las tasas de crecimiento (Morgan y cols., 1998; Bulens y cols., 2018).

Los materiales que estimulan más la conducta explorativa de los cerdos son aquellos que previenen bien la conducta redirigida a sus compañeros de corral (Studnitz y cols., 2007). Para mantener el interés de los cerdos en los objetos de enriquecimiento, éstos deben ser limpios, masticables, que induzcan exploración, comestibles, indeformables y/o destructibles (van de Weerd y cols., 2003; Bracke, 2007b). Por razones económicas, en las granjas porcinas los materiales de enriquecimiento que más se utilizan son indestructibles como por ejemplo, colgar cadenas, y por razones prácticas debido al tipo de piso enrejillado donde se aloja a los cerdos, no es común emplear paja, por lo que los porcicultores prefieren adoptar juguetes que se puedan colgar (Bracke, 2017).

El juego con objetos involucra la manipulación física de objetos inanimados colocados en el ambiente de los animales (Hall, 1998; Burghardt, 2005). La manipulación puede ser con la trompa o con los miembros anteriores, y pueden morder, olfatear, empujar, patear, lamer o masticar el objeto (Johnson y cols., 2001). El juego les da a los animales experiencias de recompensa y relajamiento, induciendo un estado de placer (Held y Špinka, 2011). Los animales solo juegan si están sanos y no están estresados (Oliveira y cols., 2010), por eso la conducta de juego es un buen indicador de bienestar animal (Špinka y cols., 2001; Held y Špinka, 2011).

De acuerdo con Held y Špinka (2011), el juego es contagioso (ver animales jugando estimula a otros a hacerlo), asi es que si les damos la oportunidad de jugar a algunos, el contagio trae efectos positivos en el bienestar del grupo. A falta de juguetes para explorar y distraerse, el cerdo puede usar estructuras del corral como bebederos, el piso enrejillado o el enrejado de los propios corrales, lo que le puede ocasionar lesiones en boca o en trompa (Horback y cols., 2014).

Las evaluaciones de la conducta social y explorativa se deben aplicar en tres edades diferentes del área de engorda. Al comienzo pero siempre y cuando haya pasado cuando menos una semana de haberlos agrupado, alrededor de los 70 kg de peso, y al final del periodo de engorda (Welfare Quality®, 2009). La observación de conducta de exploración es pertinente realizarla en corrales que tengan un sustrato como paja.

La relación humano-animal mide el miedo del cerdo hacia el hombre. Es importante medir esta relación porque influye tanto en la producción como en el bienestar de los animales (Waibingler y cols., 2006). Se evalúa entrando a un corral y caminando alrededor del grupo en forma lenta hasta regresar al punto de partida donde se espera durante 30 segundos. El evaluador camina de nuevo pero ahora en sentido contrario. La respuesta se califica como 0 ó 2; cero significa que hasta el 60% de los cerdos mostraron pánico, en tanto que 2 indica que más del 60% de los cerdos mostraron respuestas de pánico. Para esta prueba se deben visitar 10 corrales en la granja (Welfare Quality®, 2009). Sin embargo hay que considerar que la tendencia de los animales a acercarse al humano no solamente será en función de su miedo, sino de su curiosidad y motivación a comer (Jago y cols., 1999). El resultado se muestra como la proporción de corrales con animales mostrando respuesta de pánico o miedo (Temple y cols., 2011a).

Donald y cols. (2011) investigaron el efecto que las experiencias adversas potenciales tales como mal manejo, estrés social y alojamientos aburridos y/o hacinados, y sus interacciones con diferentes genotipos y experiencia temprana, tienen en el cerdo creando estados emocionales crónicos como el miedo, la ansiedad y la depresión. El miedo se define como la reacción a la percepción inminente de peligro, y la ansiedad como la reacción al peligro potencial que amenaza la integridad del individuo (Boissy, 1998).

Generalmente se considera que el miedo es un estado emocional de sufrimiento no deseable (Jones y Waddington, 1992). Cuando el miedo agudo se vuelve incontrolable, los animales entran en un estado de apatía (Wiepkema y Koolhaas, 1993). La apatía se considera un estado de sufrimiento severo, para el caso de los cerdos, éstos adoptan la postura de perro sentado con los ojos cerrados o semicerrados y generalmente se recargan contra la pared (Wiepkema y cols., 1983; Wemelsfelder, 2007a). Desde luego, habra que distinguir de la otra postura de perro sentado, común en cerdos que presentan problemas respiratorios, insuficiencia cardiaca, pleuritis o anemia; en estos casos los cerdos presentan también disnea respirando por la boca. O bien, de aquellos problemas locomotores (osteocondrosis, artritis, osteomalacia), virales (rabia, enfermedad de Aujeszky) o por intoxicación (por sal o selenio).

El miedo al humano es un reflejo directo de cómo son manejados los animales. En la prueba se refleja como evitación e intento de escape ante la presencia humana y los cerdos se amontonan al fondo del corral (Temple y cols., 2011a). Se sabe que la naturaleza del comportamiento del operario hacia los cerdos afecta su comportamiento, tasa de crecimiento y morfología de la glándula adrenal (Gonyou y cols., 1986). Si el manejo es inconsistente y no placentero, como por ejemplo darles palmadas fuertes, golpes o emplear la picana eléctrica, los cerdos pueden desarrollar respuestas crónicas de estrés con efectos adversos en el crecimiento (Hemsworth y cols., 1987).

La evaluación cualitativa del comportamiento especifica no mucho lo que el animal hace, sino cómo hace lo que hace (Wemelsfelder, 1997b); se trata de una metodología integrativa que caracteriza el comportamiento animal como un proceso expresivo dinámico que genera descriptores como “osado, ansioso o relajado” (Wemelsfelder, 2007b). Este tipo de evaluación se ha empleado por los investigadores para estudiar el temperamento de los animales y la personalidad (Wemelsfelder y cols., 2000) y provee información de los estados mentales de los animales. Algunos autores indican que los términos para algunos rasgos de personalidad en el largo plazo, reflejan estados emocionales temporales (Plutchick, 1980).

Para la evaluación cualitativa del comportamiento se observa desde el pasillo en dos puntos durante 10 minutos. Para el cerdo existen 20 descripciones de la conducta, 10 positivas y 10 negativas: activo, relajado, miedoso, agitado, calmado, contento, feliz, tenso, disfrutando, gozoso, frustrado, sociable, aburrido, juguetón, decaido, ocupado positivamente, listo, animado, indiferente, irritable y sin objetivos. Todas ellas se observan en una escala de mínimo a máximo; se emplea papel milimétrico con una longitud de 120 mm. Una calificación máxima significa que dicho comportamiento predominó en todos los cerdos, mientras que una calificación mínima, que esa conducta no se presentó en el grupo de animales observado (Welfare Quality®, 2009). Cabe señalar que este tipo de evaluaciones corren con cierto riesgo de malinterpretar el estado mental de los animales, en especial cuando se aplican en situaciones o ambientes emotivos (Wemelsfelder y cols., 2009).

Con la finalidad de evaluar de forma práctica el comportamiento del cerdo de engorda, se ofrece al porcicultor la guía descrita en el Cuadro 1, empleando criterios del protocolo de evaluación de bienestar animal para cerdos del Welfare Quality® (2009), y otros más según nuestra experiencia. Cada indicador además, viene avalado por la literatura científica clásica y actualizada al respecto. Los indicadores tienen una escala de calificación binomial basada en su presencia o ausencia (0 ó 1), donde el 0 significa que el parámetro de medición es apropiado y 1, que no lo es.

Una vez que se tienen las calificaciones lo ideal es calcular la prevalencia de animales con las distintas conductas, esto es, se contabiliza el número de cerdos afectados en porcentaje, respecto al total observado, lo que permitirá conocer su estado de bienestar y realizar mejoras en caso necesario.

El protocolo para la evaluación del bienestar en cerdos de engorda de Welfare Quality® (2009) ha sido empleado en varias granjas a nivel mundial (v.g. Temple y cols., 2011ab, 2012, 2013; Rodarte, 2013; Czycholl y cols., 2015; Munsterhjelm y cols., 2015; Renggaman y cols., 2015).

No obstante, no existe la prueba de oro y aun los protocolos de Welfare Quality® tienen sus reservas en cuanto a la confiabilidad entre observadores para varios de los indicadores medidos (Czycholl y cols., 2015).

 

Conducta

Calificación 0

Comentarios

Calificación 1

Exploracióna
Presencia

El comportamiento del cerdo de engorda comportamiento cerdo engorda 2

Los cerdos son animales neofilos, es decir tienen una afinidad por lo nuevo, se dedican a explorar su ambiente, especialmente los objetos situados a ras del suelo, que exploran olfateándolos, mordisqueándolos y hozándolos (Stolba y Wood-Gush, 1984).
Ausencia
Uso de enriquecimientob
Los corrales de engorda cuentan con algún sustrato, objeto o juguete para que los cerdos lo manipulen y exploren.
La paja constituye un buen enriquecimiento ya que promueve la conducta exploratoria en el cerdo (Bolhuis y cols., 2005; Scollo y cols., 2013); 250 g/día/cerdo son suficientes (Jensen y cols., 2015).
No cuentan con enriquecimiento.
Juego con objetob
Los cerdos interactúan con algún sustrato (paja), objeto (costa- les, cadenas, etc.) (Pandolfi y cols., 2017a) o juguete (Bracke, 2007a).
El comportamiento del cerdo de engorda comportamiento cerdo engorda 3
No se cuenta con elementos para que los cerdos interactúen.
Masajeo de abdomenb
Ausencia

El comportamiento del cerdo de engorda comportamiento cerdo engorda 4

Para que la acción de masajeo de abdomen sea considerada debe durar mínimo 10 segundos (Main y cols., 2005).
Presencia

El comportamiento del cerdo de engorda comportamiento cerdo engorda 5

Conducta agresivab
Ausencia

El comportamiento del cerdo de engorda comportamiento cerdo engorda 6

Cualquier interacción que involucre amenaza, empujones, golpes cabeza-cabeza, levantamiento y/o mordida. Los cerdos pueden morder la cola o las orejas de sus compañeros de corral (Smulders y cols., 2006).
Presencia

El comportamiento del cerdo de engorda comportamiento cerdo engorda 7

Heridas en piel por agresiónb
Ausentes o <5 lesiones/cerdo (Smulders y cols., 2006).
Los cerdos son animales con un alto grado de organización social, por lo tanto al agruparlos casi todos los que no están familiarizados entre sí muestran interacciones agonistas (Fraser y Rushen, 1987).
>20 lesiones/cerdo (Smulders y cols., 2006).

El comportamiento del cerdo de engorda comportamiento cerdo engorda 8

Posición de sentado como perrob
Ausencia

El comportamiento del cerdo de engorda comportamiento cerdo engorda 9

Esta posición indica apatía, el cerdo se sienta sin moverse por un periodo prolongado, tiene la espalda arqueada, la cabeza y orejas caídas, y los ojos soñolientos casi cerrados (Wemelsfelder, 2007a).
Presencia
Mordida de barrotesb
Ausencia

El comportamiento del cerdo de engorda comportamiento cerdo engorda 10

La mordida rítmica de los barrotes (barras) del alojamiento se considera una estereotipia e indica aburrimiento.
Presencia

El comportamiento del cerdo de engorda comportamiento cerdo engorda 11

Reacción de evitacióna (miedo al contacto con el operario)
Hasta el 60% de los cerdos huyen del operario y se amontonan en una esquina del corral (Welfare Quality®, 2009).
El comportamiento del cerdo de engorda comportamiento cerdo engorda 12
Más del 60% de los cerdos huyen del operario y se amontonan en una esquina del corral (Welfare Quality®, 2009).
Mordida de colab
La cola intacta se considera un indicador de que no se ha expresado conducta de frustración (Taylor y cols., 2010).
El comportamiento del cerdo de engorda comportamiento cerdo engorda 13
La mordida de cola se considera el resultado de acumulación de frustración (Taylor y cols., 2010).

a Indicadores de Welfare Quality® (2009).

b Indicadores propios.

El número total de cerdos a observar se puede obtener del Cuadro 2. Por ejemplo, si se tiene una engorda de 3,000 cerdos se tendrán que observar 289 cerdos. Para saber cómo se distribuyen, se tendría que hacer una división entre el promedio de animales por corral; si este promedio es de 25, entonces se tendrían que revisar los cerdos de 8 corrales.
El ser humano usa a los animales para obtener ganancias mejorando así su propio bienestar, ya es hora de que también le provea al animal mejores condiciones de bienestar.

Cuadro 2. Número de cerdos a observar

Total de cerdos por
fase de producción
N° mínimo de
cerdos a observar
50 50
100 95
150 129
250 174
350 201
450 218
600 235
700 243
800 249
1,000 258
2,000 278
3,000 284
4,000 287
5,000 289
+10,000 294

Fuente: National Pork Board (2014).

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Artículo publicado en Los Porcicultores y su Entorno

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