Presentan a diputados desventajas por no utilizar glisofato en el sector pecuario

Redacción BM Editores.

Juan Carlos Anaya Castellanos, director General del Grupo Consultor de Mercados Agrícolas, S. A. de C.V. (GCMA), presentó la ponencia “Impacto del Decreto Glifosato, Maíz OGM y la Situación Actual de los Precios de Materias Primas al Sector Pecuario en México”, ante legisladores integrantes de la Comisión de Ganadería de la Cámara de Diputados.

En su exposición destacó que México ocupa el noveno lugar en producción de alimentos, el octavo en exportación, el sexto en producción de frutas y verduras, y el séptimo en producción pecuaria.

El volumen de la producción total en el 2019 fue de 274 millones de toneladas; destacaron los hortofrutícolas con 15%, granos y oleaginosas 14%, pecuario 9% y el 62% otro cultivos.

El valor de esta producción fue de 1,251.329 millones de pesos, de los cuales el 44% correspondieron al sector pecuario, 23% al hortofrutícola, el 15% a granos y oleaginosas, y el 18% a otros cultivos.

Cabe señalar que al cierre del 2020, el sector pecuario alcanzó un volumen de producción de 23.789 millones de toneladas, 3.2 por ciento más que en el 2019; destacaron la producción de leche con el 55%, pollo 15%, huevo 13%, res 9%, cerdo 7% y otros cárnicos 1%.

Por lo que se refiere al valor de la producción, ésta fue de 548,722 millones de pesos, de los cuales la carne de res aportó el 26%, el pollo 24%, leche 18%, cerdo 14%, huevo 14% y otros cárnicos 4%.

Posteriormente entró de lleno al tema del glisofato y recordó algunos extractos del Decreto por el que se prohíbe la importación de este herbicida publicado en el Diario Oficial de la Federación (DOF), en el que se establece que se prohíbe la importación de glifosato con un periodo de transición hasta 2024, la siembra de maíces transgénicos (lo cual jamás ha estado permitido), no ofrecen sustitutos accesibles en el mercado en corto plazo y la redacción es ambigua y genera vacíos legales.

Explicó que es un herbicida usado para controlar el crecimiento de malezas, evitando que produzcan determinadas proteínas que son necesarias para el crecimiento; su uso en los paquetes tecnológicos de granos evita que las malezas compitan con los cultivos por el agua, la luz solar y los nutrientes; en México, cerca de 45% es para la agricultura (pre-siembra).

El maíz es el cultivo que mayormente lo utiliza para labores de pre-siembra y limpieza de terrenos; más de 30 cultivos en México utilizan herbicidas con base en glifosato; maíz 34%, cítricos 14%, sorgo 11%, algodón 5%, caña 4%, café 3%, aguacate 3%, entre otros; los agricultores que aplican herbicidas pueden producir cosechas que son 25% más en comparación con las prácticas agrícolas sin glifosato.

Sin la aplicación del glifosato, se afectaría la producción agrícola; de acuerdo a estimaciones de GCMA la producción de maíz disminuiría en 550 mil toneladas en el ciclo primavera-verano, es como si todo el estado de Hidalgo no produjera el grano en un año agrícola y en el otoño-invierno se dejarían de obtener 165 mil toneladas, volumen mayor a la producción de maíz en Tabasco; además, los costos de producción se incrementarían, se importaría más maíz y habría menos incentivos para incrementar la producción.

Después de esta exposición, Anaya Castellanos explicó el tema de las semillas nativas, las cuales son obtenidas mediante la práctica milenaria que utilizan muchos agricultores de “seleccionar de su cosecha la semilla que utilizarán en la próxima siembra”.

Por lo que se refiere a las híbridas, son aquellas que se obtienen cuando una planta de maíz fecunda a otra que genéticamente no está emparentada con la primera; en síntesis, es una planta hembra cruzada con una planta macho a fin de producir semilla híbrida y finalmente las transgénicas u Organismos Genéticamente Modificados (OGM) son aquellas que han sido modificadas mediante prácticas científicas. Estas semillas presentan en su genoma ciertos genes que no tenían en su estado natural.

Cabe señalar que en el 2019, se contabilizaron 190.4 millones de hectáreas en el mundo de cultivos transgénicos, en los que destacan la soya, maíz, algodón y canola; otros cultivos son: Alfalfa, remolacha, papa, papaya, calabaza, manzana, cártamo, caña de azúcar y berenjena.

En Octubre de 2020, Argentina aprobó una variedad de trigo transgénico para uso comercial, sujeta a la aprobación de su importador, que es Brasil; Estados Unidos, Brasil, Argentina, Canadá e India, representaron el 91% de la superficie total cultivada con transgénicos.

Otros países que han adoptado esta biotecnología son: Paraguay, China, Sudáfrica, Pakistán, Bolivia, Uruguay, Filipinas, Australia, Myanmar, Sudán, México, España, Colombia, Vietnam, Honduras, Chile, Malawi, Portugal, Indonesia, Bangladesh y Nigeria. 71 Países en el mundo adoptaron el uso de transgénicos: 29 cultivaron y 42 importaron.

Los cultivos transgénicos en el mundo han contribuido a la seguridad alimentaria; además, la adopción de esta tecnología ha permitido elevar los volúmenes de producción por la obtención de mejores rendimientos; también se mantiene la sostenibilidad ambiental, ya que con el incremento en producción se ha podido ahorrar superficie de tierra para uso agrícola.

En el tema del cambio climático, proporcionan un medio ambiente más seguro al reducir el uso de pesticidas y las emisiones de CO2, así como la reducción de pobreza, ya que han mejorado la situación económica de cerca de 17 millones de agricultores y sus familias en el mundo.

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