La higiene del forraje es importante para el ganado

El ganado lechero siempre se ha preocupado por la higiene, especialmente en su alimentación.  Una mala higiene del ensilado provoca inevitablemente un aumento de la carga de microbios indeseables, como levaduras, mohos y esporas de clostridios. A su vez, esto puede provocar una contaminación que reduce la productividad del ganado, la salud general y la reproducción del rebaño.

En este artículo de dos partes, exploraremos algunas prácticas de gestión clave que pueden ayudar a mantener el ensilado higiénico y saludable para su ganado.

Todos los campos están en riesgo

Desafortunadamente, incluso los mejores cultivos cosechados en condiciones óptimas pueden ser vulnerables. Sin embargo, podemos influir positivamente en estas condiciones con buen estiércol y buenas prácticas de labranza; la gestión de la cosecha, incluidas las prácticas de siega y los tiempos de marchitamiento en el campo; y las prácticas de ensilado, como el uso de un inoculante y la creación de un entorno anaeróbico mediante el empaquetado hermético y el sellado eficaz de la estructura de almacenamiento.

Manejo del estiércol para reducir el riesgo de patógenos

El estiércol puede albergar patógenos como E. coli y clostridios, que pueden afectar negativamente a la fermentación del ensilado y al rendimiento de los animales. Para reducir la carga de patógenos, lo ideal es que haya un intervalo de corte de heno de 28 a 32 días desde la aplicación del estiércol hasta la cosecha del forraje.

Encuentre la altura de corte adecuada 

El ajuste de la altura de corte demasiado baja puede contaminar el forraje con tierra o restos de cosecha. Algunos ajustes también pueden crear un efecto de vacío que introduce tierra en el forraje, incluso cuando la altura de corte está correctamente fijada, que es de 63 y 76 pulgadas.  La práctica de juntar varias hileras puede aumentar el riesgo al introducir más tierra. Trabaje con el representante del fabricante de su equipo a fin de determinar los ajustes correctos para el cultivo específico.

La fermentación clostridial es un riesgo importante cuando la contaminación del suelo es alta.  Los cultivos como el trébol, la alfalfa, las gramíneas y algunos ensilados de cereales de grano pequeño tienden a cortarse más cerca del suelo. Esto aumenta la posibilidad de contaminación del suelo. Estos cultivos también son más ricos en proteínas y tienen una materia seca baja en la cosecha, lo que puede contribuir al desarrollo de los clostridios. La combinación de estos factores pone a estos cultivos en riesgo de contaminación microbiana y de un mal resultado de la fermentación.

Los cultivos forrajeros que han sufrido una fermentación butírica debido a la actividad de los clostridios ya han perdido mucha materia seca (hasta el 50%) y nutrientes. También suelen estar húmedos, con una coloración oscura y una consistencia viscosa. Lo más destacable es que estos forrajes huelen muy mal, son poco apetecibles y contienen compuestos nocivos que requieren límites de alimentación.

Busque la segunda parte el mes que viene, en la que hablaremos más sobre los consejos de fermentación para la alimentación higiénica.

Para obtener consejos adicionales sobre el ensilado, visite www.qualitysilage.com.

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