El pH del ensilado: más bajo no es precisamente mejor

Se necesita un pH bajo para crear un ensilado estable y de alta calidad. Ayuda a crear el ambiente para esencialmente “encurtir’ el forraje y, junto con la falta de oxígeno, ayuda a prevenir el crecimiento de microbios de descomposición como clostridia, levaduras y mohos.

Sin embargo, el pH también puede ser demasiado bajo. El pH final suele estar entre 3.7 y 4.7, dependiendo del forraje y la materia seca (MS) del cultivo. Un pH inferior a 3.7 indica que la parte final de la fermentación del ensilado puede haber sido dominada por bacterias lácticas tolerantes a los ácidos y el pH del alimento debe tenerse en cuenta al diseñar la ración.

Primero, se pueden tomar muestras a las cuatro semanas del proceso de ensilado para determinar la acidez del mismo, ya que la fermentación inicial del ensilado debe completarse. El pH puede cambiar después de este punto, por ejemplo, si hay una conversión controlada de ácido láctico a acético, debido al uso de un inoculante que contiene Lactobacillus buchneri(el pH puede aumentar un poco, ya que el ácido acético no es tan fuerte como el láctico, pero sí tiene actividad anti-levadura).

Los valores de pH más bajos se observan normalmente en los ensilados con MS más baja: las bacterias ácido-lácticas (BAL) necesitan producir más ácidos para encurtir el forraje, básicamente un efecto de dilución debido a la alta humedad. El ensilado con un pH bajo debe alimentarse con cuidado para evitar problemas de ingesta y, potencialmente, la acidosis.

Una fermentación inicial rápida y eficiente conduce a una caída rápida del pH y ayuda a prevenir que otros microorganismos (de descomposición) crezcan. Esto contribuye a la preservación de los nutrientes y la MS, estabiliza el entorno del ensilado y reduce el crecimiento de levaduras, que es la principal causa del calentamiento del ensilado.

Los inoculantes forrajeros pueden ayudar a garantizar que el ensilado alcance los objetivos correctos de pH y de perfil de ácido a fin de promover la estabilidad, retener la MS y maximizar la preservación de nutrientes. Como ejemplo, la BAL homoláctica Pediococcus pentosaceus12455, proporciona una fermentación eficiente y rápida estimulada por los azúcares generados por las enzimas de alta actividad.

Además de seleccionar el inoculante forrajero adecuado, los productores deben asegurarse de que el cultivo de forraje se ensile en una etapa de madurez y nivel de MS adecuados, y que la tasa de llenado y la densidad de embalaje se optimicen para poder lograr el inicio rápido de la fermentación y reducir el crecimiento de todos los microorganismos de descomposición.

¿Preguntas sobre el manejo del ensilado? Visite www.qualitysilage.com.

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