La Sociedad

MVZ. José Exiquio Jiménez Torres †

“Estos tiempos de problemas, solamente los debemos de enfrentar estando unidos”.

Estas fueron las palabras con las que inició Olegario la junta que convocó – mi deseo es que nos unamos y que formemos un grupo y podamos trabajar-; el notario Trastupijes fue el encargado del acta para dar forma y sustento a la nueva sociedad.

El primer punto del día, fue la lista de asistentes, para sorpresa de todos fueron tantos los presentes que el salón de la reunión estaba por reventar; Trastupijes el notario, les habló a los productores con toda solemnidad. “Es un honor para mí presidir una reunión con tanta gente de empeño y ganas de trabajar, hoy daremos comisiones para el inicio de trámites, porque este grupo que hoy nace deberá desde el principio hacerse en forma legal; el primer paso -les dijo- es que alguien vaya a Morelia con cinco nombres posibles y dé trámite al registro y permiso en relaciones exteriores”.

Leocadio con mucha pena y con el sombrero en la mano, le preguntó al litigante, “perdone Sr. Notario, esto va a ser sociedad o va haber contrataciones, porque al lugar que usted dice solamente va la gente para arreglar los papeles cuando ya al norte se va”.

El notario se sonrío y explicó a los asistentes, “aunque les parezca extraño, es ésta la dependencia que otorga los permisos para formar sociedades; se hace un pago en el banco, se presentan cinco nombres, se revisan los archivos, se elige el más adecuado y que no esté registrado; ya con el permiso dado, se convoca a la asamblea, se forman los estatutos y se eligen dirigentes; el notario se la lleva, para dar fe y protocolo, y después es registrada y todo queda legal. 30 días hábiles tienen para el registro de Hacienda y tengan obligaciones y sus impuestos pagar”.

Todos pelaron los ojos y quedaron boquiabiertos, nomás de oír tanto trámite, contraer obligaciones, presentar declaraciones, tener que ver con el fisco; contratar un contador, llevar cuentas y más cuentas, hasta les pego torzón, los que estaban en la puerta despacito se salieron; Cenobio y Tobías dijeron vamos al baño y volvemos. Cuando se quedaron solos Olegario y Gumersindo preguntaron al notario “¿todas esas sociedades de las que usted nos platica tienen tantos requisitos?” El notario contestó: “ciudadanos responsables y que paguen sus impuestos son los que se necesitan, para que el país sea grande con todo e instituciones; todo debe ser legal y con sustento en la ley, adquirir obligaciones, cumplirlas en tiempo y forma nos dará satisfacción y derecho de exigir; todos los cerdos que vendan deberán ser facturados, pagar sus cuotas a tiempo, declarar utilidades y sus impuestos cumplir”.

Olegario está en su granja alimentando a sus puercos, reclinándose en la escoba le viene la reflexión. “Nomás eso me faltaba que p’a salir adelante tenga que pagar impuestos, apoyos habían de dar y subsidiarnos los granos; no comprar carne a los gringos y así poder trabajar”.

El que no llora no mama.

Artículo publicado en Los Porcicultores y su Entorno Julio-Agosto 2015

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