La salud del cerdo en desarrollo-engorda

Tips para la Evaluación del Bienestar Animal

PHD. Marilú Alonso Spilsbury
[email protected]

PHD. Ramiro Ramírez Necoechea
Universidad Autónoma Metropolitana-Xochimilco.
DPAA, de Investigación: Ecodesarrollo de la Producción Animal.

Actualmente no hay una regla de oro para evaluar la salud y el bienestar de los cerdos de engorda en condiciones de campo (Sundrum, 1998). Sin embargo, existen varios intentos con el uso de indicadores no invasivos empleando signos clínicos, posturas y conductas de los animales enfermos. Los signos clínicos de relevancia en una evaluación de bienestar animal son:

  • Apariencia general: incluye cambios en el color de la piel, piloerección, posición de las orejas.
  • Temperatura rectal.
  • Frecuencia respiratoria.
  • Volumen de heces, su color y consistencia.
  • Tremor (temblores), falta de equilibrio (ataxia), convulsiones, parálisis, dilatación pupilar, hiperestesia, reflejos lentos, cojeras, flacidez, rigidez o debilidad muscular.
  • Heridas infectadas.

Por otro lado, las enfermedades generalmente se acompañan de cambios espontáneos en la conducta (Dantzer y Kelley, 2007), como una disminución en la sociabilidad con separación del resto del grupo; pérdida de motivación hacia actividades comunes (desinterés y letargia) y cambios en los patrones de sueño (Dantzer y Kelley, 1989), además de:

  • Vocalizaciones.
  • Inactividad.
  • Cambios posturales.
  • Renuencia a cambiar de posición.

No obstante, el signo del cerdo enfermo que más le importa al porcicultor es la disminución en el consumo de alimento y consecuentemente la disminución en la ganancia diaria de peso, lo que se traduce en un mayor número de días al mercado y un menor desarrollo corporal del animal. Sin embargo hay que recordar que además de las enfermedades, son varias las causas que pueden ocasionar el síndrome de retraso en crecimiento, entre otras (Ramírez y cols., 2008): errores en el manejo (hacinamiento, marginación social, insuficiencia de comederos y bebederos); errores en las instalaciones (pisos húmedos, exposición permanente a corrientes de aire, exposición a cambios bruscos de temperatura) y errores en la alimentación (tanto por insuficiencia, deficiencias o por desequilibrios en la dieta).

Una forma de evaluar de forma no invasiva – esto es, sin siquiera tocar a los anima- les – el estado de bienestar con respecto a la salud de los cerdos, es mediante la inspección física (la técnica más utilizada para llegar al diagnóstico en las enfermedades) realizada en los animales ya sea en estática o en movimiento. El lector se preguntará cómo entonces se puede medir la temperatura corporal y la frecuencia respiratoria sin tocarlos siquiera; de éstas dos constantes fisiológicas hablaremos en la próxima entrega, al abordar el tema del medio ambiente.

Con la finalidad de evaluar de forma práctica y objetiva la salud del cerdo en la etapa de desarrollo-engorda, ofrecemos al porcicultor, al estudiante de MVZ y al veterinario especialista en cerdos, la siguiente guía que considera varios criterios según nuestra experiencia y algunos tomados del protocolo de evaluación de bienestar animal para cerdos en crecimiento del Welfare Quality® (2009).

Los indicadores de Welfare Quality® han sido empleados existosamente en más de 100 granjas porcícolas con diferentes tipos de alojamiento (más de 12,000 cerdos) en España y Francia (Temple y cols., 2012, 2013). Más aún, nuestro colega, el Dr. Rodarte (2013) evaluó el estado de bienestar de 92,440 cerdos de engorda en 25 granjas de nuestro país en cuatro diferentes procesos productivos: tradicional, tradicional con enriquecimiento ambiental, cama profunda y agroecológico, empleando dicho protocolo. Entre sus resultados sobresale una prevalencia de bursitis superior al 56% en las granjas tradicionales, disminuyendo notoriamente en las que emplean cama profunda y paja como enriquecimiento; mientras que la prevalencia de cojeras fue baja con un 1.78% de los animales afectados. Al respecto, un estudio llevado a cabo en Inglaterra (Gilman y cols., 2008) con 6,250 cerdos, indica una prevalencia de 41.2% de bursitis. Los investigadores indican que aunque es una condición común en los cerdos, existen factores de riesgo asociados que aumentan la probabilidad de daño como es la falta de sustrato en el área donde se acuestan, lo que confirma los resultados de Rodarte (2013).

Todos los indicadores que se ofrecen en esta guía, tienen una calificación basada en su presencia o ausencia (0, 1 ó 2), donde el 0 significa que el parámetro de medición es apropiado y 2, que es inapropiado y por lo tanto, está muy alterado. Una vez que se tienen las calificaciones por cerdo, lo ideal es calcular la prevalencia de animales en las distintas condiciones, es decir, se contabiliza el número de animales afectados en porcentaje, respecto a la población observada, lo que permitirá conocer el estado de los cerdos y tomar decisiones respecto a su estado de salud.

En la etapa de engorda es recomendable evaluar al menos 5 corrales (Cagienard y cols., 2005). Se calcula la prevalencia de:

  • Anormalidades en la piel: engrosamientos, rasguños, hiperqueratosis de los carpos, de los tarsos y de la banda coronaria.
  • Abscesos.
  • Articulaciones inflamadas: carpos, tarsos, banda coronaria.
  • Toses.
  • Estornudos.
  • Descargas nasales.
  • Lagrimeo (lágrima de aceite).
  • Cojeras.
  • Diarrea.
  • Mordida de cola.

CUADRO 1. Prevalencia de condiciones relacionadas con la salud y lesiones en cerdos en engorda.

Indicador

Cerdos eutanasiados (como % del total de muertes)

>20%

5 a 20%

<5%

Claudicaciones

<0.1%

1 a 5%

>5%

Abcesos

<1%

1 a 5%

>5%

Heridas en otras partes del cuerpo

<5%

5 a 15%

>15%

Arañazos

<15%

14 a 40%

>40%

Condición corporal <2

<0.1%

0.1 a 2%

>2%

A manera de ejemplo, señalamos cómo se efectúa la evaluación de problemas respiratorios y su interpretación clínica. Tanto la tos como el estornudo se aprecian auditivamente al mover a los cerdos. Para evaluar estos indicadores se aplaude o se emite un ruido que haga que los animales se levanten y corran. En infecciones por M. hyopneumoniae, el signo más evidente es una tos seca no productiva (húmeda). Esto es fácil de percibir ya que el sonido que emiten los animales es distinto cuando existen exudados en el conducto traqueobronquial (Pijoán, 1982). La tos con fiebre de un animal enfermo ya sea con P. multocida o por A. pleuropneumoniae, es de duración más larga comparada con la tos saludable (Ferrara y cols., 2008) y se puede explicar por cambios en la elasticidad del tejido pulmonar.

En los casos de Influenza se puede observar una tos paroxística, esto es, una tos que se va acelerando de ritmo (Pijoán, 1982). Un cuadro de tos seca sin fiebre suele presentarse comúnmente por la migración de larvas de Ascaris. En cambio, un cuadro mucho menos común se presenta con tos seca, sin fiebre, y sin lesiones macroscópicas obvias; en estos casos se debe sospechar de procesos hipersensibles, especialmente si el alimento se encuentra húmedo y enmohecido, lo que da lugar a alergias locales por inhalación de esporas de varios hongos (Pijoán, 1982). El reconocimiento de los sonidos de tos se puede emplear además como un bioindicador de contaminación del aire por amoniaco y polvo (van Hirtum y Berckmans, 2004).

Como datos referenciales se indican en el Cuadro 1, las prevalencias para algunos de los indicadores que consigna el cuaderno del US Swine Welfare Assurance Program. El SWAPSM, fue lanzado en agosto de 2003 por el National Pork Board (2003), como un programa voluntario para auditar el bienestar animal en granjas porcinas en los EEUU. Como criterio de calificación no emplea los valores 0-2, sino los colores de un semáforo. Para fines de la guía que se presenta, se incluyen sólo los indicadores referentes a la salud. Dicha guía ha sido adoptada también por los porcicultores en Nueva Zelanda (Massey University, 2010).

Para ejemplificar el uso de indicadores del protocolo de evaluación de bienestar animal en cerdos de Wefare Quality® (2009), tomamos los datos reportados en un estudio previo realizado por Alonso y cols. (2011) en una granja de producción intensiva en el centro del país: 48% de los cerdos mostraron bursitis, 19% cojera severa y 6% incapacidad al caminar, indicando un alto porcentaje de animales afectados con problemas locomotores pues lo tolerable sería un 5% de animales con claudicación. Por otro lado, 10% tuvieron trompas chuecas; 14% tos, 15% estornudos, 17.5% estreñimiento y 6% diarrea. Los problemas respiratorios observados permitieron realizar un diagnóstico de Rinitis Atrófica subclínica. La prevalencia de mordida de cola fue de 28%; cifra elevada que coincide con lo reportado en otras latitudes (Chambers y cols., 1995). Esperamos que esta guía les sea de utilidad.

CUADRO 2. Escala de Evaluación de Bienestar en Cerdos en la etapa de Desarrollo-Engorda

Calificación 0

Calificación 1 o Comentarios

Calificación 2

Enfermos emaciadosa,d

Ausencia.

Aquellos cuyo peso corporal sea < o igual a 40% de la media del peso de otros cerdos sin historial clínico de enfermedad, en ese grupo (Cagienard y cols., 2005). En nuestro país se les conoce como cerdos “entablados”.

Presencia.
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Buena condición corporalb,c

Lleno, sin que se le noten las costillas. CC>2

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Los cerdos deben tener una condición corporal (CC) por arriba de 2 (National Pork Board, 2003).

Extremadamente delgado, resaltan los huesos espinales. CC<2

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Heridas en piela,b,c,d,e

<5 heridas en un sólo cerdo (Smulders y cols., 2006). <5% de los cerdos con heridas.

Entre 5 y 20 lesiones (Smulders y cols., 2006).
La principal causa de heridas en la piel de los cerdos es por las peleas que ocurren 1-2 horas post agrupación al formar nuevas jerarquías, esto aumenta el estrés y su susceptibilidad a enfermedades

+de 20 heridas (Smulders y cols., 2006). O bien, una herida fresca y grandea
>5% de cerdos con heridas.

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Piel irritadaa

Ausencia.

La piel irritada indica que los animales se han estado rascando excesivamente. Puede ser indicativo de sarna o dermatitis por picadura de insectos, lo que afecta el crecimiento y eficiencia alimenticia (Cargill y Dobson, 1979).

Presencia.

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Parches en piela

Ausencia.

La presencia de parches irregulares (rojo- violáceos) alrededor de patas traseras y región perianal indica Síndrome de Dermatitis y Nefropatía Porcina.

Presencia.

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Paraqueratosis en piela

Ausencia.

La paraqueratosis se considera como un signo terminal de casos crónicos de sarna, deficiencia de zinc, yodo o una combinación de deficiencias minerales y vitamínicas (Ramírez y cols., 2008).

Presencia.

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Rombos (diamantes) en piela

Ausencia.

Lesiones de piel de gran tamaño con forma de diamante distribuidas por todo el cuerpo que pasan del rojo al negro son características de Erisipela (Ramírez y cols., 2008).

Presencia.

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Bursitisa,b

Ausencia.

A medida que el cerdo crece, aumenta de peso y con ello la presión en los huesos de los miembros. Estos bultos se desarrollan en la punta y laterales del tarso y en la parte lateral del codo. Estas deformaciones se denominan bursas; se inflaman al tener contacto con pisos ásperos.

Una o varias bursas con erosión.

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Abscesosa,b,c,d

Ausencia.

Por lo general, los abscesos aparecen como resultado de infecciones secundarias debidas a traumatismos, peleas y mordeduras de colas que producen daños en la piel (Muirhead y Alexander, 1997). Se pueden localizar en articulaciones, dorso y flancos, o bien en sitios de inyección (cuello y pierna) (Ramírez y cols., 2008).

Presencia.

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Inflamación en banda coronariaa

Ausencia.

Las lesiones en banda coronaria pueden ser úlceras o abscesos (Ramírez y cols., 2008).

Presencia.

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Claudicaciones (cojeras) a,b,c,d,e

No presentan dificultad para pararse y andar.

Las cojeras representan un problema no sólo de bienestar animal, sino para la industria al afectar la capacidad de los animales para alimentarse produciendo retraso en el crecimiento.

No puede ponerse de pie por sí mismo. (Foto: necrosis en pata consecutiva a inyección séptica).

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Diarreaa,b,d

Heces normales. <15% de los cerdos.

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Se indica la ausencia o presencia de diarrea en el corral. También se puede contabilizar el no. de cerdos con heces líquidas bajo la cola (Cagienard y cols., 2005). Es importante indicar si hay presencia de sangre (melena).

Heces líquidas. >15% de los cerdos.

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Prolapso rectala

Ausencia.

Ocurre en cerdos de 8 a 20 semanas de edad. El tamaño del prolapso varía de 10 a 80 mm. Puede ser canibalizado por otros cerdos. Su causa fundamental es un aumento en la presión abdominal que fuerza la salida del recto (Muirhead y Alexander, 1997).

Presencia.

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Tosesa,b

Falta total de tos en cerdos en movimiento.

<10% de los cerdos exhibe tos esporádica (Yeske, 2003).

La tos está presente en >15% de los cerdos de engorda y persiste durante el movimiento.

Estornudosa

Ausentes o <0.27%.

Presentes en enfermedades que lesionan las vías respiratorias superiores, como en la Rinitis, Aujeszky, Citomegalovirus (Ramírez y cols., 2008), aunque también se puede presentar por niveles elevados de amoniaco o polvo en el ambiente.

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>0.27%.

Lágrima “de aceite”a

Ausencia.

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Cuando padecen Rinitis, el conducto lagrimal es parcialmente obstruido con exudado purulento, que aumenta su viscosidad (hasta bloquear totalmente el conducto, provocando epífora y conjuntivitis); con el tiempo la secreción se torna oscura.

Presencia.

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Trompa chueca (rinitis, desviación de la trompa)a,b,d

Ausencia.

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Según el cornete afectado, hay desviación de la trompa hacia uno u otro lado; o bien, cuando el daño es aproximadamente igual en ambos cornetes, la longitud y el diámetro de esta cavidad se reduce, y se forman pliegues o arrugas debido a que la piel y el tejido subcutáneo se siguen desarrollando normalmente.

Presencia.

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Hemorragia nasal (rinorragia o epistaxis)a

Ausencia.

Puede presentarse por trauma, aunque lo más común es por Rinitis o por A. pleuropneumoniae (Muirhead y Alexander, 1997).

Presencia.

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“Brinco” (esfuerzo respiratorio abdominal)a

<1.8%

El animal realiza un esfuerzo visible para expulsar el aire del pulmón involucrando los músculos abdominales que se contraen súbitamente en el momento de la exhalación (Pijoán, 1982); se puede sentar como perro.

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>1.8%

 

Disneaa

Ausencia.

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La dificultad para respirar se presenta en enfermedades septicémicas, metabólicas con hipertermia, y en cuadros anémicos y de bloqueo del transporte de oxígeno (Ramírez y cols., 2008).

Presencia

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Convulsiones epileptiformesa

Ausencia.

Se manifiestan en animales que presentan intoxicación por sal o por órgano- clorados, así como por deficiencia de piridoxina (Ramírez y cols., 2008).

Presencia.

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Apoyo de la cabeza sobre las paredes o pisoa

Ausencia.

Aquellos animales que buscan apoyo con la cabeza sobre las paredes y piso, están cursando seguramente con una enfer- medad de tipo neurogénica que afecta el equilibrio (Ramírez y cols., 2008).

Presencia.

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Congestión y cianosis del bajo vientre y entrepiernasa

Ausencia.

Estas lesiones indican la presencia de un síndrome septicémico o metabólico hiperémico (Ramírez y cols., 2008).

Presencia.

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Cola mordidaa,b,d,e

No hay daños visibles.

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Los cerdos mordidos pueden presentar pérdida excesiva de sangre, debilidad y pérdida del apetito; la severidad de las lesiones varía (Schrøder-Petersen y Simonsen, 2001), llegando a causar parálisis y animales lisiados.

Hay una o más heridas visibles con presencia de sangre fresca en la cola.

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Cola engrosadaa

Ausencia.

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La cola engrosada y con necrosis es una secuela común de la mordedura de cola en animales en crecimiento- engorda (Ramírez y cols., 2008).

Presencia.

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Porcentaje de mortalidad en desarrollo- engordaa

<0.5%

La mortalidad en la fase de desa- rrollo sin presencia de brotes infec- ciosos, ronda entre 0.5 y 2.6%

La salud del cerdo en desarrollo-engorda Salud Cerdo Desarrollo Engorda 33

>3%

REFERENCIAS

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Artículo publicado en Los Porcicultores y su Entorno

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