Factores que disminuyen la capacidad reproductiva de la cerda nulípara

Dra. Patricia Roldán Santiago.
Departamento de Reproducción,
Facultad de Medicina Veterinaria y Zootecnia,
Universidad Nacional Autónoma de México.

M en C. Alejandro Corrales Hernández.
Doctorado en Ciencias.
Universidad Nacional Autónoma de México.

Dra. Ariadna Yáñez Pizaña.
Escuela de Ciencias de la Salud.
Medicina Veterinaria y Zootecnia,
Universidad del Valle de México-Coyoacán.

Dr. Luis Alberto de la Cruz Cruz.
Escuela de Ciencias de la Salud.
Medicina Veterinaria y Zootecnia, Universidad
del Valle de México-Coyoacán.

M. en C. José Armando Sánchez Salcedo.
Doctorado en Ciencias Biológicas y de la Salud,
Universidad Autónoma Metropolitana,
(UAM-I), CDMX, México.

La cerda nulípara representa el futuro de cualquier empresa porcina por lo que debe ser tratada con cuidado y atención. Si no es alimentada y manejada de manera eficiente, difícilmente podrá alcanzar su verdadero potencial y corre un alto riesgo de ser eliminada prematuramente(1). En las granjas de producción porcina la razón número uno de eliminación de las cerdas está asociada con problemas reproductivos, locomotores y lesiones diversas; según datos científicos, el 49% de las hembras son eliminadas cuando son primerizas(2), mientras que las cerdas eliminadas por causas reproductivas son en mayor porcentaje hembras de primero y segundo parto(3). Por lo anterior, las cerdas nulíparas representan el pilar más importante dentro de la producción, y su adecuada selección marcará un rendimiento reproductivo eficiente de la granja(4)/sup>.

Las cerdas nulíparas que alcanzan la pubertad a una edad más temprana son eliminadas de la granja en paridades más altas comparadas con las cerdas nulíparas que alcanzan la pubertad a una edad mayor(5). Por lo anterior, las cerdas nulíparas con una edad temprana en la pubertad se sirven antes y, por lo tanto, acumulan menos días de vida no productivos, aumentando así su productividad de cerdos destetados/cerda/ año(6). Mientras que las cerdas nulíparas con edades más bajas al primer apareamiento (< 229 días) presentan una mayor longevidad que es medida por los días productivos del rebaño y la paridad(7). Así, con la finalidad de hacer más eficiente la producción porcina es sumamente necesario cubrir las necesidades que alcanzaron la pubertad dentro de los 40 días del contacto inicial con el semental a partir de los 140 días como “selectas” y a las cerdas nulíparas que no respondieron dentro de los 40 días como hembras “no seleccionadas” y encontraron que la tasa de paridad tendió a ser más alta en comparación con las hembras “no seleccionadas”, por lo que recomienda que las cerdas nulíparas que son naturalmente cíclicas dentro de un número definido de días después de la exposición al semental (35 a 40 días) deben considerarse como la población “selecta”. La edad en el primer apareamiento, por lo tanto, está intrínsecamente relacionada con la variación biológica de la edad en la pubertad y con el manejo de la piara(20) y se ha demostrado que es un factor crítico que determina la longevidad futura y la eficiencia reproductiva(21). En conjunto, los resultados de los estudios antes mencionados indican que la detección y el registro del estro puberal aproximadamente a los 220 días de edad es un factor clave del rendimiento reproductivo futuro(22).

FIGURA 1. Todos los factores involucrados en la presentación de la pubertad en la cerda nulípara deben considerarse al momento de su selección, de cada uno de ellos dependerá el éxito reproductivo de la cerda a lo largo de su ciclo productivo

Factores que disminuyen la capacidad reproductiva de la cerda nulípara capacidad reproductiva cerda nulipara 1

CONDICIÓN CORPORAL

Las necesidades nutricionales para mantenimiento, reproducción y crecimiento de la cerda nulípara son elevadas, y debido a la capacidad limitada de consumo de alimento, la condición corporal en la primera cubrición es esencial para satisfacer esas necesidades y asegurar la longevidad productiva(23). Durante el desarrollo de la cerda nulípara, controlar la condición corporal, así como el grosor de la grasa dorsal, ayuda a promover un rendimiento exitoso de crecimiento y su entrada oportuna en la piara(24). Además, Foxcroft y colaboradores(25) mencionan que el inicio de la pubertad en una cerda nulípara se alcanza mucho después de que la cerda haya alcanzado el umbral de crecimiento necesario para someterse a la maduración sexual. Al respecto, Patterson y colaboradores(23) sugirieron que antes de que una cerda alcance una condición corporal y un peso específicos, su tasa de crecimiento es paralela a su edad de inicio de la pubertad; sin embargo, una vez que se alcanza ese nivel de condición corporal, no hay correlación entre los dos. Por otro lado, Kummer y colaboradores(26) mantienen que las cerdas nulíparas con tasas de crecimiento más altas (724 g/día) desde el nacimiento hasta aproximadamente los 144 días de edad tienen más probabilidades de alcanzar la pubertad antes que sus contrapartes con tasas de crecimiento más bajas (577 g/día). Recientemente, se ha introducido un tercer criterio, junto condición corporal a la hora de seleccionar las futuras reproductoras y determinar el momento óptimo de la primera inseminación, como es la longitud de la vagina-cervix, sabiendo que la longitud uterina en la cerda prepúber está correlacionada con longitud uterina después de la pubertad y, por lo tanto, con la capacidad reproductiva(27).

Durante mucho tiempo se ha considerado un práctica habitual cubrir a las cerdas por primera vez a la edad de 6 o 7 meses, e incluso antes si ésta presenta una condición corporal adecuada, lo que implicaba una baja prolificidad en la primera camada. En numerosos casos, además, se producía el síndrome de la segunda camada (la segunda camada es menos numerosa que la primera)(28). Y, por otra parte, una tasa de reposición elevada en primíparas debido a problemas de salida en celo y de fertilidad(29). No obstante, la condición corporal recomendada a la que la cerda nulípara debe ser cubierta por primera vez, depende del criterio utilizado para la optimización del desarrollo reproductivo de la explotación, ya que una adecuada condición corporal relacionada con una tasa de crecimiento correcta tiene una gran importancia sobre el tamaño de la camada, productividad anual de la cerda y duración de la vida reproductiva de la misma(30). En una medida de condición corporal 1 – 5, donde 1 es un animal caquéxico y 5 un animal demasiado obeso, se busca que la hembra cuente con una condición entre 2 y 3, lo que demuestra que está teniendo una ingesta apropiada para mantenerla saludable pero que le facilitará el parto y la recuperación al desgaste durante el periodo de la maternidad(25).

EDAD Y PESO

La edad y el peso son considerados factores críticos para la presentación del primer estro de cerdas nulíparas( 31, 32). Se considera que el peso al primer servicio influye de manera significativa en la longevidad de la cerda. Pesos bajos al primer servicio están asociados a un mayor riesgo de desgaste en la primera lactancia que lleva a una reducción de la productividad en el segundo parto, lo que se conoce como “la caída del segundo parto” o “el síndrome del segundo parto”, en el cual un número de lechones nacidos vivos es inferior al primer parto. Se ha reportado que las cerdas exhiben el primer estro aproximadamente a los 200 días de edad con una gran variación que puede ir desde los 188 a 250 días de edad(33, 34). Asimismo, durante el primer estro, el peso corporal y la grasa dorsal juegan un papel importante en la estimulación del inicio de la pubertad, Tummaruk y colaboradores(18) informaron que cerdas de las razas Landrace y Yorkshire deben inseminarse los 240 días cuando alcancen un peso de 130 kg con 17 mm de grasa dorsal.

En este mismo contexto, Yescas(35) menciona que el primer servicio deberá realizarse entre los 220 y 240 días de vida con un peso al menos de 140 kg, esto coincide con lo reportado por Lee y colaboradores(36) quienes mencionan que es más eficiente inseminar a las cerdas a los 220 días con un peso de 140 kg. Saito y colaboradores(37) señalan que cerdas con una edad más baja al primer apareamiento (< 229 días) tuvieron una mayor longevidad medida por los días productivos y la paridad(38). El aumento en la edad al primer apareamiento de 220 a 300 días se asoció con el aumento de eliminación por falta de gestación en un 2.1%(39). Por lo tanto, es recomendable practicar el primer servicio en cerdas nulíparas después de los 200 días de edad y cuando las cerdas alcancen el rango de peso entre 135 a 160 kg(40, 41, 42). Así mismo, si la cerda es inseminada durante el segundo celo es mejor que en el primero; y en el tercer celo es mejor que en el segundo, por lo tanto, es recomendable que se programe el sistema para inseminarlas durante el tercer celo(43).

También se ha demostrado que el contacto físico con verracos es un método efectivo de estimular precozmente la pubertad en cerdas nulíparas (“efecto macho”), en este contexto, Van Wettere y colaboradores(44), encontraron que cerdas expuestas a verracos a los 203 días de edad exhiben el primer estro a los 210 días de edad, asimismo, la exposición temprana a verracos (140 a 160 días de edad) se ha visto que puede estimular el inicio de la pubertad, en cerdas nulíparas expuestas a verracos a los 161 días de edad exhiben el primer estro a los 179.5 días. Cuando se inicia la exposición al macho en cerdas jóvenes de alrededor de 160 días y unos 100 kg de peso deben usarse machos maduros (> 10 meses de edad), ya que la detección y la estimulación se realiza con mayor eficiencia si el macho está sano y tiene un nivel alto de líbido. El tiempo destinado a esta rutina puede ser durante 10 a 15 min por sesión y es muy recomendable que se realice dos veces al día(45, 46, 47).

Factores que disminuyen la capacidad reproductiva de la cerda nulípara capacidad reproductiva cerda nulipara 2

FIGURA 2. La exposición al verraco es uno de los métodos más comúnmente utilizados para el establecimiento de la actividad ovárica cíclica en la cerda nulípara. No obstante, este procedimiento no siempre conduce a resultados satisfactorios, bien por la dificultad para establecer un contacto físico directo entre el macho y la hembra, o bien por causas reproductivas inherentes a la cerda (anestro asociado a una patología ovárica congénita que derive en infertilidad) o al propio verraco (libido disminuido que produce falta de estimulación necesaria a la nulípara). Esto provoca un retraso en el inicio de la pubertad, o impide que la cerda nulípara mantenga una actividad ovárica cíclica estable tras el inicio de la misma(30).

ESTÍMULOS ESTRESANTES

La reducción de la eficiencia reproductiva es uno de los mayores problemas que enfrentan los productores de cerdos, en general, se asume que el estrés puede reducir el comportamiento reproductivo de las cerdas nulíparas(48). Los animales de producción están expuestos a diversos factores estresantes en la crianza intensiva que podría tener consecuencias negativas para su salud, rendimiento reproductivo y bienestar(49). Uno de los factores importantes de estrés es el estrés por calor, el cual ocurre cuando la temperatura central de un animal se eleva por encima de los puntos de ajuste biológicos debido a que los
mecanismos termorreguladores son insuficientes para termorregularse(50). En el caso de los cerdos, las glándulas sudoríparas no son funcionales, por lo que la capacidad termorreguladora del cerdo se complica aún más por su capa gruesa de tejido adiposo subcutáneo, que impide la pérdida de calor incrementando los efectos negativos de la respuesta biológica al estrés(51).

Existen gran variabilidad en las respuestas termorreguladoras y de producción en condiciones de estrés por calor en cerdas primerizas(52). En cerdas primerizas mantenidas en una temperatura ambiente de 30ºC se ha observado que pasan más tiempo echadas de forma lateral en comparación con las cerdas alojadas en ambientes neutrales (21ºC) y fríos (15ºC), lo anterior es resultado de un mecanismo para incrementar la superficie de contacto y disipar calor por métodos físicos de forma eficiente(53). Asimismo, cuando los animales se mantienen bajo condiciones de estrés por calor, disminuyen su actividad en general, principalmente dejan de comer como una de las principales respuestas fisiológicas para evitar que aumente la temperatura corporal, por el contrario, incrementan el consumo de agua. La reducción en el consumo de nutrientes está ligada directamente a la baja fertilidad en cerdas primerizas(54). Por lo tanto, la disminución en el espacio de alojamiento y la ausencia de agua podrían incrementar los problemas asociados con el estrés térmico.

Si la temperatura ambiente se mantiene elevada a través del tiempo, los intentos de mantener la temperatura interna del animal durante el estrés por calor pueden conducir a perturbaciones en los procesos fisiológicos, como la redistribución del flujo sanguíneo, pérdidas en la eficiencia alimenticia, disminución del crecimiento, alteración de la capacidad reproductiva y de la condición corporal(55, 56). El estrés por calor puede prepudeteriorar la función del receptor de gonadotropina y la esteroidogénesis en las células de la granulosa, también disminuye la tasa de maduración de los ovocitos maduros in vitro y la calidad de los embriones posteriores en cerdas gestantes. Además, en la exposición al estrés por calor durante el ciclo reproductivo puede resultar en anestro, tasas de parto disminuidas, mortalidad embrionaria aumentada y tamaño de camada disminuidos(57).

Factores que disminuyen la capacidad reproductiva de la cerda nulípara capacidad reproductiva cerda nulipara 3FIGURA 3. El estrés del traslado o la mezcla con otros animales cuando son movilizados influyen en la aparición de celo denominado “celo agrupado”.

En un estudio con cerdas primerizas Large White x Landrace en el que se comparó el efecto de un ambiente termoneutral (18-22ºC) en comparación con un ambiente que causaba estrés por calor (28-34ºC) se observó que el número de lechones nacidos (12.94 vs 12.06), número de lechones nacidos vivos (11.76 vs 11.32), la supervivencia (93.9 vs 88.9%) y el número de lechones destetados (10.85 vs 9.91) fueron mayores en las cerdas alojadas en un ambiente termoneutral, por el contrario el número de lechones muertos fue mayor (0.53 vs 0.47) en las cerdas alojadas bajo condiciones de estrés por calor(58). No obstante, estos mismos efectos se han observado bajo condiciones de clima templado, cuando las olas de calor incrementan(59). En algunos artículos se ha mencionado que el estrés térmico puede generar que la duración de la gestación se reduzca(60), pero la duración al parto aumenta, lo que en consecuencia aumenta el riesgo de muerte fetal(45).

Por otro lado, está documentado que la secreción de LH está sujeta a efectos de estrés, principalmente debido a la secreción de cortisol durante la exposición a los factores inductores de estrés(61). La secreción de LH o un mínimo pulso de LH es importante para el desarrollo del cuerpo lúteo y el mantenimiento de la gestación más allá del día 12 después de la fertilización. Por lo tanto, si un factor inductor de estrés está suprimiendo la secreción de LH, la función del cuerpo lúteo puede causar la interrupción de la gestación y la pérdida de toda la camada(62, 63). El estrés por calor no solo tiene efectos negativos directos sobre el folículo y los ovocitos al afectar la esteroidogénesis y la calidad de los ovocitos, sino que también tiene efectos secundarios como la exposición a endotoxinas(64). La exposición a temperaturas > 30ºC de los animales, puede causar deterioro la barrera intestinal permitiendo las translocación de la microflora y las endotoxinas residentes, como el lipopolisacárido (LPS) desde la luz gastrointestinal hacia la circulación sistémica causando problemas de salud(65). Recientemente, se planteó la hipótesis de que la identificación de hembras prepudeteriorar berales con mayor resistencia al calor podría predecir el éxito reproductivo futuro en cerdas(66). Por ejemplo, las cerdas tolerantes al calor logran mantener su temperatura rectal, frecuencia respiratoria e ingesta de alimento bajo condiciones de estrés agudo (29.7ºC con 8% de humedad relativa) en comparación con las hembras susceptibles. Esta identificación podría ser importante, debido a que podría permitir la identificación de cerdas primerizas con mayor fertilidad a una edad temprana, aunque una asociación muy estrecha aún no ha sido demostrada(67).

CONDICIONES AMBIENTALES:

Temperatura, humedad relativa e instalaciones

Es importante recordar que los cerdos en comparación con otras especies de animales domésticos, son especialmente sensibles a temperaturas elevadas (o estrés por calor)(68), esto es porque tienen mecanismos fisiológicos limitados, disminuyendo la capacidad de los cerdos de disipar calor mediante evaporización y utilizan mecanismos termorreguladores como los cambios de postura, la vasodilatación y el aumento de la tasa de respiración para aumentar la transferencia del exceso de calor al medio ambiente. Sin embargo, a medida que la temperatura ambiente se eleva por encima de la zona termoneutral y se acerca a su temperatura corporal, no pueden perder tanto calor en el medio ambiente(69, 70). En este contexto, el fotoperiodo y la temperatura son dos de los factores ambientales para aparición de la pubertad en las cerdas nulíparas(71). Auvigne y colaboradores( 72) sugirieron que el fotoperiodo y el número de días calurosos (temperatura máxima > 25ºC) están relacionados con el retraso de la pubertad en las cerdas. Un estudio realizado en áreas tropicales ha demostrado que la disminución de 1 h en fotoperiodo durante los 30 días antes de ingresar al grupo de cerdas nulíparas resultó en un incremento de 3 días de la edad al primer celo observado(73).

La temperatura ambiental alta ejerce su influencia a través de la disminución del apetito(74). Según Dourmad(75) por cada grado que se eleva la temperatura ambiente por encima de los 16°C, la cerda consume 170 g de alimento menos al día. Igualmente, Black y colaboradores(76) comprobaron esta relación, determinando que por cada grado por encima de los 16°C, las cerdas ingieren 2.4 MJ de energía digestible menos al día, lo que lleva a un balance energético negativo, pérdida de la condición corporal y problemas reproductivos. En consecuencia, cuando la humedad relativa es 50% o mayor, el cerdo percibe los efectos del estrés por calor. Myer y Bucklin(80) mencionan que temperaturas ambientales > 30°C y el aumento del 18% en la humedad relativa es equivalente a el incremento de 1°C en la temperatura de los cerdos. Sin embargo, el uso de sistemas de enfriamiento por goteo o vaporizadores junto con una ventilación adecuada enfriarán efectivamente a las cerdas durante las altas temperaturas ambientales y humedad, por lo tanto, como recomendación, se debe brindar a la cerda nulípara un mínimo de 16 horas de luz al día con una intensidad de 50 lux(81), mantenerlas en temperaturas de 18 a 20ºC (zona termoneutral: 15 a 22ºC), contar con ventilación adecuada, buena calidad de aire con mínima acumulación de gases y con humedad relativa < 70%(82), esto con el objetivo de no perjudicar el consumo de alimento, no retrasar la pubertad y afectar la reproducción.

Respecto a las instalaciones, por lo general, las cerdas nulíparas deberán estar separadas de las cerdas multíparas, alojadas de preferencia en grupos de no más de 10 a 12 animales y proporcionarles un espacio vital de al menos 1.4 m2 por animal, además del área dedicada a la alimentación (comederos)(83, 84). Los corrales deben tener un bebedero de chupón a 55 cm del piso por cada 10 animales, pisos no resbalosos ni abrasivos y de preferencia algún tipo de material de cama. El edificio deberá estar bien ventilado pero sin corrientes de aire y de preferencia cubierto de los rayos solares, en las cerdas alojadas en grupos, es más notoria y fácil de detectar la signología del estro y se observa en ocasiones la sincronización de estros del grupo completo de cerdas(85). Si el sistema de producción implica el uso de jaulas individuales de gestación, es recomendable que la cerda de reemplazo esté algunos días en la jaula antes de presentar el estro en el que se inseminará en forma definitiva. En este sentido, se ha observado que las cerdas alojadas en corrales individuales o grupos de 3 presentan la pubertad más tarde que las cerdas alojadas en grupos de 10 o más, además, las cerdas alojadas en corrales individuales tienen celos más silenciosos y ciclos estrales irregulares(70, 86).

Factores que disminuyen la capacidad reproductiva de la cerda nulípara capacidad reproductiva cerda nulipara 4FIGURA 4. El monitoreo de la temperatura dentro de las granjas es fundamental, se ha establecido que la temperatura ambiental y humedad relativa alta, influyen negativamente en el rendimiento reproductivo de las cerdas(69, 78), pues se ha observado que afecta la tasa de ovulación en hembras nulíparas y adultas durante la inseminación artificial(79).

 

ESTADO SANITARIO: Enfermedades

Los trastornos reproductivos son considerados como una de las causas principales de mortalidad en cerdas(87, 88), ya que comprenden una gran cantidad de manifestaciones clínicas que abarcan desde la infertilidad hasta el aborto espontáneo, y pueden estar asociados con dinámicas simples o complejas, que implican entre otros aspectos, agentes infecciosos(89). No obstante, hay evidencia que sugiere que los signos clínicos mayormente observados dentro de los 30 días anteriores a la muerte son bastante inespecíficos; siendo las cojeras, inapetencia y la incapacidad para ponerse de pie, las características más evidentes en cerdas con dichos trastornos(90). Es por esto, que la necesidad de realizar un control estricto en el estado sanitario y reproductivo en las cerdas que serán introducidas a la cadena productiva resulta imperioso.

Existen diferentes patógenos infecciosos afectando el rendimiento reproductivo de las cerdas, donde generalmente la transmisión e infección se da mediante la vía transplacentaria u oronasal, además de por el consumo de agua contaminada, por contacto con fauna nociva o por el uso de heces de animales nativos en camadas y en cerdas nulíparas con la finalidad de producir un proceso de adaptación a los patógenos de la granja(91, 92), siendo el riesgo de esta última práctica el resultado de un mal control sanitario de los animales propios y no la técnica per se. Dentro de las infecciones más comunes a nivel mundial se incluyen la leptospirosis, caracterizada por abortos espontáneos y presentación subclínica por lo que a menudo es subdiagnosticada(93); también el parvovirus porcino, agente causante de fallas reproductivas en cerdas, cuya aparición se manifiesta por repetición en los estros, abortos y partos de lechones nacidos muertos y momias(94). De manera contraria, el circovirus porcino no es tan clínicamente evidente ya que presenta signos multifactoriales como neumonía, dermatitis y nefropatías, que pueden coadyuvar a la aparición de patologías reproductivas como abortos y fetos momificados, por lo que su aparición regularmente es concomitante con otras infecciones(95).

Por su parte, el virus del síndrome respiratorio y reproductivo porcino (PRRS) cuyas pérdidas económicas anuales oscilan entre los 664 millones de dólares, muestra signología clínica más compleja como; por ejemplo, una fertilidad reducida, abortos, partos prematuros y disminución en la tasa de crecimiento, lo cual impacta negativamente sobre la entrada al primer servicio en las cerdas nulíparas(96, 90). Adicionalmente, otros virus como el de la enfermedad de Aujeszky o pseudorabia, común en países en vías de desarrollo, presentan una morbilidad y mortalidad elevadas mediante la producción de alteraciones en los sistemas tanto nervioso como respiratorio de los lechones, mientras que en las cerdas gestantes pueden aparecer abortos y mortinatos(97).

Es por esto, que los efectos de las enfermedades infecciosas como las pérdidas por mortalidad elevada, la reducción en la tasa de conversión alimenticia, el aumento de los costos asociados al manejo clínico y más importante aún; el valor comercial reducido en las canales infectadas, impactan directamente sobre la eficiencia productiva a nivel mundial(98), por lo que diversas medidas preventivas en nulíparas, como la inmunización sistematizada contra varios patógenos mediante aclimatación o vacunación antes de ingresar a la producción(46) pueden ser herramientas útiles en el control de las enfermedades infecciosas en las cerdas que apenas inician su etapa reproductiva.

ALIMENTACIÓN

La alimentación y manejo de las reproductoras en el periodo de crecimiento hasta su primera cubrición es de mucha importancia para la rentabilidad en la producción porcina. Asegurar un óptimo estado fisiológico al momento de la primera cubrición es indispensable para garantizar la productividad y longevidad de la cerda reproductora(99). Esta alimentación debe asegurar que la cerda nulípara cuente con reservas corporales para amortiguar las deficiencias en el consumo de nutrientes durante su primera gestación, necesaria por la excesiva movilización de tejidos maternos durante la primera lactación evitando así afectar negativamente al feto o en todo caso al lechón lactante así como la posterior vida productiva de la cerda(100, 101, 102). El plano nutricional puede afectar la edad en que se presenta la pubertad, por lo que, la restricción severa en la dieta puede retrasar la pubertad, pero el aumento de nutrientes no parece tener efecto. Por otro lado, la tasa de ovulación puede ser aumentada por la alimentación(103). Mientras que, las restricciones alimentarias durante la fase lútea tiene efectos negativos para la supervivencia embrionaria, pero no afectan el índice de ovulación(104). Otro aspecto importante a cuidar es la presencia de micotoxinas en el alimento consumido por las cerdas, éstas pueden generar fallas en la reproducción, especialmente Zearalanona que causa síndrome estrogénico que se manifiesta por anestro, aborto y lechones nacidos muertos, aunque otras toxinas como la T2 y Claviceps purpurea pueden tener efectos semejantes(105).

En cuanto a la alimentación durante el crecimiento de la cerda nulípara debemos considerar que la maduración del aparato reproductivo y locomotor junto al almacenamiento de reservas corporales (grasas, proteína, vitaminas y minerales) son factores para lograr una óptima prolificidad durante la vida productiva. Una falla de la alimentación en esta etapa se traduce en días no productivos para la explotación debido al retraso de la incorporación de las cerdas nulíparas al grupo de reproductoras(106).

Otros componentes importantes son los minerales y vitaminas, debido a que el desarrollo óseo y cartilaginoso durante las primeras fases del crecimiento es vital para alcanzar una óptima composición estructural que garantice el futuro reproductivo de las cerdas, siendo calcio y fósforo los minerales que se requieren en mayores cantidades. Estos dos elementos no solo tienen que satisfacer los requerimientos de la cerda, sino también mantener una relación adecuada uno con otro. De la alimentación adecuada también depende el desarrollo óptimo del aparato reproductivo(107, 108). Se ha estudiado que las cerdas sometidas a alimentación abundante alcanzan la pubertad más tarde que las que han sido deficientemente alimentadas, así mismo las cerdas con alimentación abundante presentan mayor porcentaje de ovulaciones que las alimentadas deficientemente, sin embargo el número de embriones que sobreviven es más bajo en las alimentadas abundantemente(109, 110).

También existen estudios que mencionan que los niveles de energía altos pueden tener efecto en la ovulación si se aumentan antes del celo o durante éste, sin embargo tiene un efecto adverso si se suministra durante los primeros días de la gestación llegando a provocar mortalidad embrionaria(111, 112) que se asocia a una disminución en los niveles plasmáticos de progesterona, y un consumo elevado durante las primeras 24 a 48 horas tras el primer servicio que resulta particularmente perjudicial, niveles insuficientes de progesterona en el momento de la implantación aumentan la mortandad embrionaria, pudiéndose explicar mediante el intervalo entre el pico de LH y el nivel más alto post-ovulatorio de progesterona, el cual es menor en cerdas cuyos consumos son adecuados(113, 114, 115).

Factores que disminuyen la capacidad reproductiva de la cerda nulípara capacidad reproductiva cerda nulipara 5FIGURA 5. Para que la cerda nulípara sea capaz de expresar su potencial reproductivo debe estar perfectamente alimentada, desde la etapa de crecimiento hasta la etapa puberal, ya que, una restricción de la alimentación en cerdas nulíparas conlleva una inhibición casi total de la hormona lutenizante (LH), aunque no tiene un efecto sobre la tasa de la hormona folículo estimulante (FSH)(99).

El contenido proteico en la alimentación es también de suma relevancia, el requerimiento promedio de la cerda gestante es de 14 a 16%. Niveles de proteína muy bajos en cerdas gestantes pueden ser perjudiciales, pudiendo afectar el peso al nacimiento de la camada, también afecta la aparición del celo y la concepción. Los efectos de la reducción de proteínas en las dietas son más notorios en las cerdas jóvenes. Cerdas alimentadas con restricción proteica crecen más despacio, acumulan mayor reserva grasa, tienen una menor tasa de ovulación y una mayor tasa de animales que no mostraron celo aparente(99, 112). Las raciones para gestación deben contener un mínimo de 0.5 a 0.55% de lisina(113). Kusina y colaboradores(116) indica que el requerimiento diario para un óptimo desarrollo fetal y de la glándula mamaria es de aproximadamente 15 g/día. Por lo anterior, la alimentación y su influencia sobre el estado metabólico de la cerda nulípara tienen efecto directo sobre la fertilidad y fecundidad, por lo que resulta importante tomar en cuenta la interacción fisiológica entre nutrición y reproducción para evitar problemas reproductivos en la cerda nulípara y asegurar su longevidad reproductiva.

CONCLUSIONES

Actualmente la producción de cerdas de reemplazo juega un papel sumamente importante en el contexto de la eficiencia reproductiva de la industria porcina, sin embargo, la disminución de la capacidad reproductiva en cerdas nulíparas puede verse afectado por numerosos factores que incluyen retraso en la pubertad, condición corporal, edad, peso, condiciones ambientales, factores genéticos y numerosos factores de manejo, por lo tanto, el conocimiento de dichos factores nos permite desarrollar e implementar prácticas de manejo que nos ayuden a optimizar el rendimiento de las cerdas nulíparas, obteniendo resultados positivos desde los puntos de vista de bienestar en las cerdas y a nivel reproductivo.

* Referencias disponibles con los autores.

Artículo publicado en Los Porcicultores y su Entorno Septiembre-Octubre 2020

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