Uso de anabólicos en la producción animal

Efecto Perjudicial en Salud Pública

Benjamín Valladares Carranza
Centro de Investigación y Estudios Avanzados en Salud Animal.
Facultad de Medicina Veterinaria y Zootecnia.
Cuerpo Académico en Salud Animal-UAEM.
[email protected]

Valente Velázquez Ordoñez
Centro de Investigación y Estudios Avanzados en Salud Animal.
Facultad de Medicina Veterinaria y Zootecnia.
Cuerpo Académico en Salud Animal-UAEM.

Adrián Zaragoza Bastida
Área Académica de Medicina Veterinaria y Zootecnia.
Universidad Autónoma del Estado de Hidalgo.

Carlos Bedolla Cedeño
Facultad de Medicina Veterinaria y Zootecnia,
Universidad Michoacana de San Nicolás de Hidalgo.

Nallely Rivero Pérez
Facultad de Medicina Veterinaria y Zootecnia,
Universidad Michoacana de San Nicolás de Hidalgo.

Yazmín E. Felipe Pérez.
Centro de Investigación y Estudios Avanzados en Salud Animal.
Facultad de Medicina Veterinaria y Zootecnia.
Cuerpo Académico en Salud Animal-UAEM.

RESUMEN

Con el objeto de evidenciar el potencial riesgo a la salud pública y animal, se conjunta información sobre las sustancias de tipo hormonal que incrementan la retención de nitrógeno y el depósito de proteína en los animales; utilizadas en los diferentes sistemas de producción con la intención de mejorar los parámetros productivos y reproductivos sobre todo en las especies para abasto: bovinos, cerdos y aves principalmente. En los alimentos para el ganado, se han utilizado diferentes sustancias identificadas en su mayoría como promotores del crecimiento, de los cuales los B-adrenérgicos como: la ractopamina y el zilpaterol son empleados bajo criterios de restricción de las normas sanitarias, aunque se puede afectar la calidad de la carne si no se siguen los criterios establecidos de suministro y periodos de retiro; además del clorhidrato de clembuterol, que aunque su uso ha sido prohibido, continua comercializándose en México, con la consiguiente repercusión en la salud de los consumidores. Los esteroides sintéticos; andrógenos y estrógenos tienen propiedades fisiológicas consideradas similares a las hormonas sexuales, las cuales son capaces de promover cambios en el organismo, en la producción animal y la calidad de la carne.

Otros fármacos utilizados como supresores del estro, el acetato de melengestrol se emplean en la producción porcina para incrementar la ganancia de peso al reducir la pérdida de masa corporal por estros en la piara y en los corrales de engorda de hembras. Se ha indicado que muchos de los promotores de crecimiento en dosis altas como es el caso de los compuestos anabolizantes, aumentan el riesgo de cáncer en el humano, particularmente con el uso del dietiletilbestrol, el acetato de trembolona y el zeranol debido a que pueden tener efectos indeseables cuando no se vigila u observa el periodo de retiro, así como los niveles de tolerancia de estas sustancias. En el caso de los compuestos esteroidales, el efecto residual ocurre debido a que no se destruye el producto durante la cocción con alta posibilidad de que el anabólico llegue al consumidor de productos cárnicos contaminados. Diversos investigadores y autoridades sanitarias del comercio señalan que se necesita un consumo elevado de productos con estas sustancias para que se desarrolle una signología inmediata, sin embargo existe controversia por los efectos que se pueden presentar a mediano y largo plazo.

INTRODUCCIÓN

En la producción animal se han desarrollado técnicas de mejoramiento genético y de manejo nutricional con suplementación energética, proteica y mineral con el propósito de proporcionar los nutrientes necesarios en la dieta de las diferentes especies animales, sobre todo en aquellos destinados al abasto de carne; el uso de aditivos alimenticios y promotores de crecimiento, mejoran la utilización del alimento y sus nutrientes, traducida en una mejora de su eficiencia productiva(Jarrige, 1990; Barcena, 1999; Valladaresetal.,2013).

Dentro de los promotores de crecimiento se identifican dos grandes grupos, encontrando a los aditivos-suplementos y compuestos hormonales; suministrados al ganado fundamentalmente por razones nutricionales y sanitarias; y los aditivos utilizados en pequeñas proporciones en la dieta animal para inducir una característica productiva deseable o inhibir alguna indeseable. En comparación con los suplementos considerados como nutrientes que se administran después de haber proporcionadolos alimentos básicos en la ración, debido a que tienen la función de cubrir necesidades específicas en la producción animal durante las fases de crecimiento, engorda, preñez o lactancia (Jarrige, 1990).

Los compuestos hormonales derivados de los esteroides, con efecto anabolizantes empleados como compuestos naturales y sintéticos son destinados a estimular las funciones metabólicas y la síntesis proteica, particularmente con el aumento de la masa muscular en los animales de carne, y el crecimiento corporal con una consecuente mejora en la eficiencia de la producción (Busboom y Karen, 2000; Matsch et al., 2002). En el proceso de crecimiento y desarrollo de los animales de abasto se involucran fisiológicamente una serie de hormonas que tienen un efecto anabolizante al incrementar la síntesis de proteína y el acúmulo de glucógeno en las fibras musculares, así como en el depósito de grasa corporal; este efecto compensatorio de crecimiento y ganancia de peso puede ser inducido mediante el uso de ciertas hormonas esteroidales derivadas de los estrógenos y la testosterona, además de la hormona del crecimiento. Las cuales producen un efecto anabólico traducido en crecimiento y ganancia de peso de los animales durante la engorda (Albin y Thompson, 1990; Duckett, 1999).

Desde 1989, en la Unión Europea se ha prohibido el uso de anabólicos en la engorda del ganado productor de carne, además de la prohibición de la comercialización de las canales y la carne de animales tratados con anabolizantes. En algunos países de América
aún siguen utilizando los compuestos anabólicos, como es el caso de testosterona, progesterona, 17 β-estradiol y anabolizantes sintéticos como el zeranol y acetato de
trembolona. En estos países se tienen límites de residuos permisibles en los tejidos de los animales tratados, derivados de las disposiciones dictadas por la FAO (Euskadi, 1995; Metzler y Pfeiffer, 2001).

Debido al consumo de carne con altos niveles de anabolizantes, éstos pueden representar un riesgo importante en la salud de las personas que los consumen. Por el uso indiscriminado, las altas concentraciones y la vida media prolongada de algunos anabólicos y beta-agonistas, que pueden provocar consecuencias nocivas en salud pública (Murata y Koyama, 2001; García, 2002; Valladares et al., 2015). En el caso de los compuestos esteroidales, en donde no se destruye el producto durante la cocción, se tiene la posibilidad de que el anabólico llegue a ser ingerido por el consumo de carne con residuos de la sustancia. Diversos investigadores y autoridades sanitarias del comercio señalan que se necesita un consumo elevado para que se desarrolle una signología inmediata, aunque existe controversia por los posibles efectos de la respuesta que se puede dar a mediano y a largo plazo (Cáceres, 2002). El objetivo del trabajo fue analizar el efecto de los residuos de anabólicos usados en la producción de animales para abasto, considerando las repercusiones que puede tener tanto en salud animal como en calidad e inocuidad de la carne y sus repercusiones en el consumidor.

PROMOTORES DEL CRECIMIENTO

Los agentes anabólicos son fármacos que se definen como sustancias de carácter hormonal que incrementan la retención de nitrógeno y el depósito de proteína en los animales. Los esteroides sintéticos; andrógenos y estrógenos tienen propiedades fisiológicas similares a las hormonas sexuales, las cuales son capaces de promover cambios en el organismo que repercuten de forma positiva en la producción animal y la calidad de la carne, como: mejorar el apetito y el consumo voluntario de alimento con una mejora significativa en la conversión alimenticia y velocidad de crecimiento, la cual se manifiesta en un aumento de la masa muscular, con cambios en el depósito y distribución de grasa corporal (Albin y Thompson, 1990; Duckett, 1999; Guiroy et al., 2002; Valladares et al., 2013).

La acción de los anabólicos está relacionada con los esteroides sexuales y su actividad de tipo androgénico, estrogénico o progestagénico, dependiendo del tipo de sustancia empleada (Guiroy et al., 2002). El modo de acción de los agentes anabólicos en rumiantes. Se puede dar a partir de uno o más de los siguientes efectos: 1. Incrementan la producción y secreción de la hormona adenocortrópica (ACTH), causando un incremento en la producción de andrógenos adrenales; 2. Incrementa la tasa de secreción de la hormona de crecimiento (STH); 3. Incremento de la hormona tiroxina (TH); 4. Se incrementa la utilización de nitrógeno no proteínico; 5. Se incrementa la secreción de insulina, estimulando la incorporación de aminoácidos para la síntesis de proteína; 6. Disminuye el libido y dominancia de los animales y su apetito sexual, en los individuos del lote de engorda facilitando las condiciones de manejo; y 7. Modifican el contenido y distribución de la grasa en la canal. De acuerdo a su estructura química se consideran como esteroides endógenos, esteroides exógenos y compuestos no esteroidales (Sangines, 1990).

Los agentes de efecto estrogénico comprenden al: dietiletilbestrol, 17 β-estradiol, zeranol, benzoato de estradiol + progesterona, y benzoato de estradiol + testosterona. Entre los implantes androgénicos se encuentra el acetato de trembolona + 17 β-estradiol y el acetato de trembolona; y dentro de los progestanogénicos se encuentra el acetato de melengestrol que suprime los estros (Rubio, 1994; Cáceres, 2002).

De acuerdo a sus propiedades anabólicas y su estructura química (Sangines, 1990; Suman, 2000), los promotores del crecimiento se agrupan en cuatro categorías de sustancias:

Estibilenos, son compuestos como el dietilestilbestrol (DES), hexastrol y dienestrol. Los cuales muestran una elevada actividad estrogénica, prohibidos desde 1979, para ser aplicados en animales de carne destinados para consumo humano en la Unión Europea. Debido a su potencial genotóxico, hepatotóxico y carcinogénico. En otros países fuera de la zona Europea se utilizan frecuentemente por su rápido efecto estrogénico anabolizante y su bajo costo.

Hormonas naturales, dentro de éstas se consideran: los progestágenos como la progesterona y acetato de melengestrol; Los estrogénicos 17 β-estradiol y benzoato de estradiol y los androgénicos como testosterona y trembolona.

Xenobióticos no estibilenos, son compuestos naturales como el acetato de melengestrol y acetato de trembolona; también incluye al zeranol. Los cuales constituyen un recurso hormonal actual adicional en la producción del ganado porcino y bovino de carne.

Hormona del crecimiento (STH) y compuestos afines somatomedina y somatoestatina.

Se han propuesto dos mecanismos; al asumir que los fármacos con efecto anabólico pueden actuar indirectamente, al modificar la funcionalidad del sistema endócrino del animal, y de forma directa al regular la síntesis y la degradación proteica de las células musculares, provocando un incremento en la retención de nitrógeno y el depósito de proteína a nivel muscular (Barcena, 1999; Duckett, 1999).

La acción de los anabólicos sobre el sistema endocrino y los órganos del aparato reproductivo, se traducen al producir cambios glandulares en: hipófisis, tiroides y las adrenales de los animales tratados, en los que adicionalmente se aprecia un incremento de peso corporal. El incremento de peso puede ser generado por el aumento de la actividad glandular de la hipófisis, reflejados por el incremento en los niveles sanguíneos de la hormona de crecimiento (Sánchez y Sánchez, 2000; Fernández et al., 2001). Se ha considerado que los agentes anabólicos inhiben la concentración de gonadotropinas, al aumentar la secreción de TSH, modificando la ganancia de peso y formando músculo a partir de grasa. Las concentraciones de la hormona folículo estimulante (FSH) y luteinizante (LH), se ven disminuidas significativamente por los compuestos de tipo estrogénico derivados de las lactonas del ácido resólico, debido a una inhibición en la síntesis de gonadotropinas; por lo cual hay una atrofia de ovarios, testículos y epidídimo, a causa de los bajos niveles de la hormona luteinizante (LH), en animales machos no castrados tratados con zeranol; considerando que dentro de la función de las células intersticiales de los testículos, que son dependientes y estimulantes de la LH, es probable que ocurra una disminución del tamaño testicular, debido a que el zeranol ocupa los receptores de testosterona en las regiones hipotalámicas, y por lo tanto es capaz de inhibir la retroalimentación normal de la hormona luteinizante (Altavilla et al., 2001; Guiroy et al., 2002; Wilson, 2002).

Dietiletilbestrol (DES). El dietiletilbestrol es un compuesto con una actividad estrogénica alta. Su componente básico es el estilbeno, el cual fue hidrolizado en las posiciones 4 y 4 ́ y nombrado etilbestrol (Busboon y Karen, 2000; Fernández et al., 2001). Ejerce su acción anabólica sobre la glándula tiroides, estimulando la secreción de la hormona tiroxina que promueve el consumo voluntario y favorece la conversión alimenticia, mejorando la ganancia diaria y peso de los animales bajo tratamiento (Duckett, 1999). El efecto estrogénico manifestado en los toros en engorda se aprecia por el depósito de grasa y el aumento de volumen de la canal. No obstante el DES tiene muy poco efecto sobre la textura de la carne. Obteniéndose un incremento extra de peso del 17% en comparación a los animales no tratados. Es administrado por vía oral a razón de 10 mg, y a dosis entre 12 a 36 mg en forma de implante subcutáneo. Su uso fue una práctica difundida por los ganaderos que engordan ganado vacuno y corderos, sin embargo su uso fue abandonado debido a las restricciones internacionales en el mercado de la carne con un nivel de tolerancia cero, al comprobarse su efecto genotóxico y cancerígeno (Euskadi, 1995; Sánchez, 1998).

Zeranol. Promotor de crecimiento natural estrogénico no-esteroidal, desarrollado a partir del zearalanone, sintetizado a partir de compuestos producto del moho del maíz (Gilbberella zeae), que da origen al zeranol como compuesto activo. Denominado zeranol por las acepciones originales de: Ze de la silaba del nombre científico Zea maíz para referir al maíz, de la ra por la silaba de la lactona del ácido resorcílico, an por el énfasis fonético, y derivada de la terminación ol de la estructura química de un alcohol. El zeranol incrementa los niveles de la hormona ACTH (hormona adrenocorticotrópica), se considera que es debido a los bajos niveles de la hormona luteinizante. Se ha demostrado que la ACTH actúa directamente reduciendo la concentración de LH y eleva la prolactina, esta acción puede explicar los elevados niveles de prolactina, reportado en animales tratados con zeranol. Los niveles altos de ACTH pueden ser porque el zeranol inhibe a los receptores de los glucocorticoides (Joint, 1999; Penner, 2000; Sánchez y Sánchez, 2000).

La insulina y la hormona de crecimiento son los principales promotores del efecto del zeranol en animales expuestos. La acción de la STH es capaz de inducir un metabolismo de tipo anabólico generando un balance positivo del nitrógeno en el animal, el cual incrementa el peso vivo y el creci
iento del músculo esquelético; la insulina a su vez produce un anabolismo proteico energético sobre las células musculares contribuyendo al aumento del tamaño de la masa muscular (Sanginés, 1990).

REPERCUSIONES DE LOS PROMOTORES DE CRECIMIENTO

Se ha indicado que muchos de los promotores de crecimiento en dosis altas como es el caso de los compuestos anabolizantes, aumentan el riesgo de cáncer en los seres humanos, particularmente por el uso del dietiletilb estrol, el acetato de trembolona y el zeranol que puede tener efectos indeseables cuando no se vigila u observa el periodo de retiro, así como los niveles de tolerancia de estos compuestos (Perache, 1990; Altavilla et al., 2001).

La regulación oficial para la utilización de hormonas en la producción animal, varía en diversos países, como en el caso del dietiletilbestrol, su uso está prohibido en la mayoría de los países por su efecto cancerígeno en el humano (Coe et al., 1992; Roncato et al., 2003).

La carne que contiene residuos de anabólicos trae consigo problemas en salud pública asociados a un desarrollo sexual prematuro (variable según el sexo del individuo, presentación y desarrollo de las características sexuales de la población), y que generalmente ocurre por la ingesta de productos cárnicos con residuos de estrógenos (Epstein, 1990).

En 1995 el Codex alimentarius / FAO / OMS, señalan que los productos fármacos como: 17 β-estradiol, testosterona y progesterona serían seguros como el acetato de trembo- lona y zeranol, si se emplean a dosis inferiores a 2 y 10 mg/ kg respectivamente. En tanto que el dietiletilbestrol fue considerado como potencialmente tóxico (Roncato et al., 2003). Sin embargo en el Codex Alimentarius, se señala que la ingesta de alimentos contaminados por anabolizantes pueden ocasionar disturbios endocrinos; pubertad prema- tura, osificación en los centros de crecimiento, cambio en las características sexuales, impotencia sexual masculina, esterilidad, problemas de próstata (Hoyer, 2001; Wilson, 2002), incremento en la predisposición al cáncer e incidencia de tumores (Cardoso, 1999).

La restricción del uso de esteroides en la Comunidad Europea, se debió a numerosos informes que asociaron el uso de los promotores hormonales del crecimiento en los animales, con la incidencia infrecuente de problemas de cáncer en el humano. Particularmente relacionados con el empleo del dietietilbestrol, que presenta efectos nocivos con sus características estructurales, que pueden provocar daños potenciales genotóxicos por el consumo de alimentos cárnicos contaminados (Euskadi, 1995; Sánchez, 1998; Enríquez et al., 1998; Mc Evoy, 2002).

El consumo prolongado de carne con residuos elevados de estrógenos sintéticos en la mujer puede ocasionar: carcinoma endometrial y aumento del riesgo de cáncer en los senos; diferentes estudios soportan la evidencia (Hoyer, 2001; McLachlan et al., 2001).

Los signos y síntomas asociados en el hombre con un consumo indirecto del dietiletilbestrol en la carne son: náusea o vómito, senos blandos, aumento de peso y además dolor de cabeza. En mujeres se ha observado un aumento de riesgo de cáncer endometrial y presencia de adenocarcinoma en las hijas. En el hombre pueden presentarse estados feminizantes, también se señala que niveles elevados de la hormona en la carne producen problemas de tumores y ginecomastia (Cardoso et al., 1999; Suman, 2000; Pfaffl et al., 2001).

El zeranol tiene un efecto residual bajo en el organismo de los animales tratados, si se respeta el tiempo de tratamiento (60 días), debido a que su concentración disminuye de manera importante, sin llegar a mostrar niveles residuales superiores a la vigésima parte del límite máximo residual (Bennekom et al., 2002). Sin embargo algunos estudios indican que las cantidades residuales del zeranol empleado en el ganado bovino, pueden tener un efecto estrogénico in vitro en el crecimiento de células normales y cancerosas de los senos de humanos (Joint, 1999; Youhg, 2001). Es posible que los problemas de cáncer, presentes con mayor frecuencia ocurran en personas maduras entre 40 y 60 años; sin embargo, en las últimas décadas se ha observado un aumento de casos en infantes, además del incremento de casos de niños en los que se observa un desarrollo infantil más acelerado. Para presentar problemas de manera rápida, es necesario ingerir cantidades elevadas, esto no descarta que con el tiempo se puedan ir acumulando dichos compuestos hormonales (Suman, 2000; Young, 2001).

En los países importadores de carne de la Unión Europea se exige a los países exportadores, que los animales nunca en su vida hayan sido tratados con hormonas. Además de la aplicación de normas sanitarias que se basan en el control de residuos mediante técnicas de cromatografía y radioinmunoanálisis. El límite máximo de residuos se establece como el nivel más alto permisible de un residuo que puede considerarse como aceptable en un tejido en particular, cuando éste es analizado por la metodología oficialmente aceptada para su cuantificación (Sánchez, 1998), también se conoce como límite de tolerancia. Dichas sustancias cuando son empleadas de forma indiscriminada y sin la prescripción adecuada para observar los periodos de retiro pueden representar un problema para los consumidores y las plantas de proceso (NOM-004-Z00-1994).

Gran parte de los moduladores del crecimiento se identifican en la NOM-004-ZOO-1994 (Cuadro 1), que agrupa antibióticos, buffers, desparasitantes, coccidiostatos, metales pesados y a los anabólicos hormonales. De este último grupo la Norma sólo obliga al muestreo del dietiletilbestrol y del zeranol, aunque también son analizadas otras hormonas como la testosterona, progesterona, benzoato de estradiol y sus derivados ya que el análisis no precisa el origen natural o sintético de las hormonas (Sánchez, 1998).

Las acciones de verificación y comprobación de la salud de los animales de traspatio y espacios rurales se dificultan, al igual que la detección de la presencia de contaminantes químicos en la carne y otros productos. De la misma manera el control de los alimentos que son destinados para los animales de abasto. En el ganado y las aves son de gran interés económico y sanitario, por la posible contaminación que pueden generar en la canal (Rodríguez, 2003; Sánchez, 1998; Taeymans, 2003).

En la búsqueda de la solución para mejora la inocuidad alimentaria, se requiere una participación activa de la población en general y de las instancias públicas dentro de un marco de colaboración social cumpliendo cada una con las funciones y actividades que permitan mejorar la calidad e inocuidad alimentaria (Sánchez, 1998; Gurria, 1999) de los productos y subproductos de origen animal. Así como los productos biológicos, químicos, farmacéuticos y alimenticios, para uso en animales o consumo por éstos, que deben contar con un certificado zoosanitario, con el objeto de comprobar el cumplimiento en las normas oficiales en materia de sanidad animal. Asimismo, verificar las características y especificaciones zoosanitarias para que todo poseedor de animales los inmunice contra las enfermedades transmisibles prevalecientes en la zona, para cada especie animal; así como el verificar que le proporcionan en la alimentación, higiene, movilización y albergues adecuados de los animales necesarios en el bienestar animal para asegurar su salud (Laurell, 2002; Ravilla, 2003).

Cuadro 1. Límites máximos permisibles de DES y zeranol
en tejidos de bovinos (mg/kg), en base húmeda.

COMPUESTOS

TEJIDO

(mg/Kg)

Dietiletilbestrol

Hígado

0.005

Músculo

0.005

Riñón

0.005

Zeranol

Hígado

0.010

Músculo

0.002

(NOM-004-Z00-1994).

La SAGARPA responsable de verificar el cumplimiento de las normas oficiales mexicanas de emergencia, y de la aplicación de sanciones por su incumplimiento, en los términos que se establecen la Ley General de Salud Animal y los que derivan de la Ley de Sanidad Animal; además de coadyuvar indirectamente en el cuidado de la salud de la población.

En este sentido la dependencia está facultada para efectuar la verificación y comprobación en la población animal, cuyo fin sea el consumo humano; para realizar los procedimientos necesarios para detectar la presencia de residuos de contaminantes químicos y xenobióticos que son utilizados durante el proceso de crecimiento y engorda de los animales, así como evaluar la calidad de los alimentos que son consumidos por los animales (Ley de Sanidad Animal, 2000).

La Secretaria de Salud ha establecido un programa permanente de vigilancia en los rastros en el que se debe exigir a los introductores, ganaderos o engordadores la copia del certificado que otorga la SAGARPA, para garantizar que los animales están libres de residuos (NOM-003-ZOO-1994; NOM-EM-015-ZOO-2002), asimismo, a cada hato de animales que lleva el introductor se les realiza una inspección ante mortem y se toman muestras aleatorias de hígado durante la inspección post mortem, ante la necesidad de identificar la presencia de canales con residuos de aditivos prohibidos como el clorhidrato de clembuterol (Valladares et al., 2015).

Es importante hacer mención al apoyo que se ha recibido de la Secretaría de Salud a nivel Federal por conducto de la Comisión Federal para la Protección de Riesgos Sanitarios (COFEPRIS), a través del Laboratorio Nacional de Salud Pública para el análisis de las muestras y de la Dirección General de Control Sanitario de Productos y Servicios para la instrumentación de estrategias coordinadas con autoridades sanitarias de los estados y de intercambio de información (Laurell, 2002).

A fin de prevenir riesgos para la salud humana, el diseño y observancia de un programa eficaz de residuos tóxicos permite participar con mayor confianza en el comercio inter- nacional de alimentos, contando con las bases necesarias para garantizar la inocuidad de los productos cárnicos alimenticios. Con la globalización económica y el propósito de asegurar la calidad e inocuidad de los alimentos de origen animal. Las normas oficiales son adecuadas considerando los avances basados en investigaciones científicas y la tecnología disponible, evitando el uso de información cuyo soporte técnico no sea confiable (NOM-ZOO-004-1994).

Bibliografía disponible con los autores o en BM Editores.

Artículo publicado en Entorno Ganadero Diciembre-Enero 2019

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