La vida láctea: En apoyo a la industria lechera

Por Gina Gutiérrez.

La vida láctea: En apoyo a la industria lechera vida lactea 2Antes de hablar de La Vida Láctea, necesitan conocer algo de quién soy yo, y hay dos cosas que tienen que saber de mí; la primera es que soy la quinta generación en la ganadería lechera, y la segunda y más importante, es que tengo tobillos débiles. Ser la quinta generación en un negocio es algo complicado y no muy frecuente en negocios comunes, pero la ganadería es todo menos común. Los ganaderos cuidamos de la vida, todos los días. Quienes son lectores frecuentes de esta publicación “Entorno Ganadero”, saben de lo que hablo, porque no tengo ninguna duda que alguna vez han visto el nacimiento de un bebé, de un animal, y de muchas plantas. Imaginen a sus hijos, sobrinos, nietos, o también alguna mascota o a un becerro, y claro, también cuenta el frijolito que nos pedían en la escuela como experimento. Nada se le compara al ver una vida nueva, y yo crecí así.

Sin embargo, en mi adolescencia yo no quería saber nada del rancho. Todavía al final de esa etapa, cuando nos piden que tomemos una de las decisiones más importantes como ¿a qué me voy a dedicar?, yo pensaba que mi futuro estaba en una oficina, con vistas a alguna ciudad, sin saber que yo tendría después, la mejor vista de todas. Porque basta voltear a la ventana para ver la naturaleza y apreciar cómo se desarrolla la vida en nuestras vacas y tierras. Fue hasta los 22 años, cuando estaba casi por terminar mi carrera en administración, cuando me di cuenta de que yo ya tenía un trabajo con mi familia para ser, junto con mi hermano, la quinta generación de nuestro negocio, y aún después de unos años yo todavía tenía dudas de qué era lo que más me gustaba de mi trabajo. Obviamente, lo que nunca estuvo en duda fue ese amor que me inculcaron desde pequeña por cuidar de la vida todos los días; y es que los productores no sólo cuidamos de la vida de nuestras vacas y lo que sembramos en el campo, sino que también cuidamos de la vida de quienes consumen la leche que producimos, porque la leche es un alimento muy completo y nutritivo, que tiene el poder de cambiarle la vida a las personas.

Eso es lo que hemos hecho en mi familia por 5 generaciones, y claro, yo tenía que ser la defectuosa, pero el defecto de tener tobillos débiles me cambió la vida. Sí, obviamente no puedo correr ni hacer deportes de impacto, y tuve que dejar los tacones altísimos que solía usar cuando estudiaba; pero el cambio de vida fue mucho más grande y trajo a mí cosas que nunca imaginé, y así dejé de cuestionar qué era lo que más me gustaba de mi trabajo. Les cuento…

En 2015 me invitaron a Colombia, y acepté sin saber a qué iba, porque en la primera llamada sólo me preguntaron si quería ir, y ya después me dieron los detalles; querían que diera una conferencia sobre mi familia y el rancho a unos 300 ganaderos que, sin ninguna duda, sabían mucho más de producción y vacas que yo. Además de los nervios de hablarle a un grupo tan grande de personas por primera vez, lo que más recuerdo es la última pregunta que me hicieron: ¿Qué podemos hacer los ganaderos para frenar un poco todos esos mensajes negativos que rodean nuestra actividad? Por ejemplo, si la leche es mala, que no la necesitamos después de la infancia, si las vacas viven mal, y un largo etcétera de mitos e ignorancia que ha sido complicado de combatir, pero es cada vez más necesario que lo hagamos. Mi respuesta en ese momento fue que teníamos que hablar, porque somos nosotros los que conocemos la realidad; qué hacemos, cómo lo hacemos y por qué lo hacemos.

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De regreso del viaje y a sólo 5 minutos de mi casa; me torcí el tobillo. Mi papá, que también tiene tobillos débiles (de alguien lo tenía que heredar), me llevó al doctor y me dijo que me tomara unos días para recuperarme mejor; y en ese tiempo de incapacidad recordé esa pregunta, pero, sobre todo, recordé mi respuesta. Los productores tenemos que hablar. Eso es lo que más me gusta de mi trabajo, porque llevo toda la vida defendiendo y promoviendo el consumo de leche, pero no tenía un medio más grande para hacerlo, así que aproveché esos días en cama y me dediqué a recabar información e imágenes, para abrir una página en Facebook, porque es algo sencillo y al alcance de todos. Esa página es La Vida Láctea.

Mi único objetivo era tener un medio para difundir más información sobre la leche, que fuera positiva y siempre con fundamento científico porque, lamentablemente, la gente cuestiona todo lo que hacemos y prefiere creer en mentiras que son magnificadas en medios populares, mucho más cuando interviene gente “famosa”, que nada sabe de producción ni nutrición.

Todo lo que publico, tiene fundamento científico, porque ya no es tan sencillo decir que la leche, la carne y el huevo son buenos para la salud; no, la gente ya no nos cree, así que tenemos que conocer lo que dice la ciencia para tener bases para contrarrestar la desinformación que circula de forma más fluida que la realidad.

Mi objetivo es difundir información y también algo ligero para provocar sonrisas, pero cuando abrí La Vida Láctea lo hice con la convicción de pensar que con una sola persona que viera la publicación y cambiará su forma de pensar sobre la leche y la ganadería, o reafirmará su convicción para seguir tomando leche, yo me daba por bien servida. Hoy tengo 63,000 seguidores, algo que nunca imaginé, pero sigo pensando lo mismo: basta una persona para que haya valido la pena.

Ahí está la clave, yo era sólo una persona que se dio cuenta de que nadie más en México estaba haciendo lo que hoy hago. Antes de La Vida Láctea compartía publicaciones de productores en otros países. Hoy me llena de orgullo que sean mis publicaciones, desde México, las que llegan a Latinoamérica y muchos países más.

La Vida Láctea me abrió las puertas al mundo, hoy colaboro con diversas organizaciones que nos apoyan a los productores a compartir nuestras historias. Mi historia no es nada extraordinaria, lo extraordinario ha sido poder contarla. Gracias a mis tobillos débiles y a todo el respaldo familiar que tengo, es que puedo salir a hablar sobre cómo cuidamos la vida en el rancho todos los días. Además, es algo que traigo en la sangre; mi abuelo lo hizo y mi papá también, yo sólo amplié el público al que podemos llegar; público que hoy crece y por lo que agradezco a BM Editores por la oportunidad.

Te invitamos a seguir su página de Facebook @La Vida Láctea

Artículo publicado en Entorno Ganadero Octubre- Noviembre 2022

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