Un Asunto Espinoso

MVZ. René C. Frappé M., Dr. HC †.

A lo largo de la extensa historia de la ganadería han aparecido inventos y hechos relevantes que marcan hitos de trascendencia diversa. La misma domesticación de los animales es una proeza admirable; la inseminación artificial y el trasplante de embriones son también adelantos notables que parecen ser inspirados en un libro de fantasía.

Existe un invento, que si bien se medita, ha facilitado grandemente las labores ganaderas sobre todo el pastoreo y la reproducción: Hablamos del alambre de púas, llamado “barbed wire” en inglés.

Este invento, que de tan común nos parece obvio, tiene apenas un poco más de un siglo de existencia, pues en 1874 la casa “Jones Givens &Co.” de Sacramento, California, ofrecía a los ganaderos norteamericanos lo que llamó “La gran invención de la era”. La cerca de alambre de púas patentada por Joseph F. Glidden, en su cartel editado en Illinois E.U.A. donde acudían los ganaderos a entregar su ganado.

A pesar de que el inventor y los concesionarios ponderaron mucho el invento, creemos que no exageraron, o mejor dicho se quedaron cortos en sus predicciones.

Tanto en los E.U.A. como en México y otros países el alambre de púas ha tenido las siguientes aplicaciones:

Ha delimitado el perímetro de granjas y ranchos, estableciendo la división entre una y otra propiedad, y se ha convertido en un elemento legal de tal magnitud, que el derribar una cerca o tan sólo el hecho de cortar los alambres se tiene por un delito tan grande, que muchas veces se castigó con la muerte, relacionando este hecho con el robo de ganado o abigeato.

Ha permitido el confinamiento del ganado a un área controlada, permitiendo así la rotación de potreros y disminuyendo el sobrepastoreo cuando se dejan praderas para la recuperación suficiente de la capa vegetal

Se da por hecho que el ganado que está dentro de un potrero “circulando” (rodeado por alambre de púas) es de un sólo dueño y el tipo de calidad de los animales habla a favor o en contra del propio ganadero.

Por este medio se ha podido separar a ciertos animales con características deseables y se ha podido hacer una selección, tanto genotípica como fenotípica del ganado. Si no se contará con cercas de alambres de púas seguramente el ganadero no hubiera logrado las razas de ganado tan especializado que ahora existe.

Separando los sementales en potreros circulados, se ha logrado establecer “periodos de empadre” o sean los paramientos controlados y reducidos a una época conveniente, para que los partos se realicen cuando haya abundancia (o por lo menos no haya escases) de pastura.

Desgraciadamente no todo lo que se puede decir del alambre de púas es positivo:

Los veterinarios han marcado siempre el hecho de que este tipo de cercas es altamente traumatizante y hasta agresivo. Los animales no acostumbrados a este tipo de cercas, o cuando son impelidos contra ellas, se producen laceraciones que pueden ser muy graves, sobre todo cuando son extensas o cuando se complican con bacterias y/o con larvas de mosca, lo que se conoce como “gusaneras”.

Este tipo de cercas está prácticamente proscrito en los ranchos lecheros, ya que al traumatiza se la ubre, una vaca puede grangrenarse e inutilizarse completamente.

Algo semejante puede decirse de las pieles las que, aunque la herida cicatrice, quedarán marcadas de por vida y la piel pasa a ser de tercera o cuarta categoría comercial e industrial V.G., baste decir que para fabricar las vestiduras de los automóviles de lujo, debe criarse cuidadosamente a los animales en praderas que estén cercadas con alambre de corte elíptico y sin púas.

Aunque los animales domésticos y silvestres son los más duramente afectados, las cercas de alambre de púas se extienden, las más de las veces, para contener la avaricia humana o para satisfacer la vanidad de los terratenientes.

Y que decir del alambre de púas aplicado contra el hombre mismo. No solamente ofende la dignidad de quien sólo desea dar un paseo por el campo, sino que las barricadas y los muros de ignominia que se tienden durante las guerras, son los mismos alambres de púas usados para contener a los animales domésticos y a las fieras.

El alambre de púas provocó derrota de Pacho Villa en Celaya, Gto., por impedir el paso de sus caballos.

Artículo publicado en Entorno Ganadero Abril-Mayo 2015

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