La FAO reivindica el pastoreo como herramienta sanitaria, alimentaria y de bienestar animal

El pastoreo, una forma tradicional y extensiva de criar ganado, da empleo a más de 200 millones de personas en 100 países. Los pastores guían y dan de comer a sus animales a través de diversos territorios como praderas, sabanas o tundras.

Al valerse de distintas especies de razas locales que se adaptan a entornos variables, la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) considera que el pastoreo es fundamental para reducir la pobreza y ofrecer seguridad alimentaria en estas zonas. Al trabajar con la naturaleza, defiende la productividad, la sostenibilidad y el bienestar de los animales. La FAO ofrece siete razones por las que el pastoreo desempeña una función fundamental para un futuro mejor.

1.- Diversifica la producción de alimentos

En un mundo en el que la disponibilidad de recursos naturales y los patrones climáticos son cada vez más variables, satisfacer la demanda de leche y carne a través de distintos métodos, como el pastoreo, hace que el riesgo de ineficiencias de producción quede repartido. El pastoreo ofrece proteínas y nutrientes de calidad asequibles para satisfacer la demanda local y puede ayudar a reducir la dependencia de un país de las importaciones. Además, como los pastores viajan con su ganado y trabajan con la naturaleza con conocimiento de causa para acceder al agua y al forraje, los insumos de producción son bajos en relación con lo que se produce.

2.- Actúa contra el cambio climático

De las investigaciones se desprende que los terrenos de pastoreo tienen el potencial de lograr un balance neutro de carbono, puesto que el pastoreo puede compensar los niveles de carbono al estimular el crecimiento de las plantas, lo que ayuda a fijarlo en el suelo. En los sistemas de pastoreo, también puede trasladarse el ganado a campos y tierras en barbecho para aprovechar los residuos de las cosechas como piensos y distribuir el abono animal como fertilizante, con lo cual se reciclan los nutrientes como parte de una bioeconomía circular.

3.- Funciona como sistema de alerta rápida en caso de pandemias

La pandemia del COVID-19 ha enseñado que, para hacer frente a los desafíos en materia de salud pública, es preciso prestar atención a la salud de los animales, del medio ambiente y de los seres humanos. El enfoque ‘Una salud’ ayuda a que los países mejoren la vigilancia y el control de las enfermedades zoonóticas (las transmitidas entre los animales y los seres humanos). Los pastores desempeñan una función esencial en este sentido, ya que dan una alerta rápida sobre nuevas amenazas de enfermedades infecciosas en las poblaciones silvestres. La mejora del acceso a servicios veterinarios y medidas de prevención, como vacunas asequibles de calidad, ayudará a satisfacer las necesidades de producción y a reducir el riesgo de transmisión de enfermedades al mismo tiempo.

4.- Fortalece a la población activa y ofrece oportunidades de empleo

El pastoreo garantiza los medios de vida de millones de personas en el 75% de los países del mundo, si bien las políticas e inversiones lo han desatendido durante años. Impulsar el acceso de los pastores a la educación, la capacitación, la información, los mercados, el apoyo veterinario y a la producción animal, la sanidad y las finanzas, y facilitar los desplazamientos transfronterizos puede generar importantes beneficios económicos y sociales.

5.- Reduce la competencia entre piensos o alimentos

La demanda de los consumidores de alimentos de origen animal criados de forma natural y alimentados con pasto sigue ampliando el mercado minorista de esos productos, lo que presenta nuevas oportunidades de exportación y rentabilidad. Se calcula que en 2020 padecieron hambre en todo el mundo hasta 811 millones de personas. Los sistemas de pastoreo pueden ayudar a reducir la inseguridad alimentaria al reducir la competencia por los cereales que se destinan a piensos para el ganado y los que se destinan a alimentos para consumo humano.

6.- Protege la diversidad animal

Los pastores vienen criando su ganado y rebaños por miles de años, lo que ha originado unos de los niveles más altos de diversidad genética y resiliencia de cualquier ganado de cría. Esta diversidad de razas locales es fruto de una estrecha interdependencia entre el medio ambiente, los pastores y el ganado. Mediante la selección genética y los conocimientos ecológicos locales, los pastores mejoran continuamente la raza de sus animales, lo que les permite adaptarse a los cambios del medio ambiente, a las enfermedades y a los cambios en las preferencias de los mercados. La necesidad de interactuar y trabajar con otros rebaños también permite una mayor diversidad genética.

7.- Ayuda al crecimiento de los bosques

El pastoreo y los bosques son interdependientes. En algunas zonas, los bosques ribereños (los que se encuentran cerca de una masa de agua) son un importante recurso de pastoreo para el ganado durante la estación seca. A cambio de ello, el pastoreo ayuda a mantener y renovar esas tierras. Por ejemplo, los rumiantes facilitan la germinación de las semillas de las acacias en los bosques de las zonas áridas al digerirlas, permitiendo que el agua y el aire atraviesen el debilitado revestimiento exterior de estas. En Europa, los pastores quitan las moras que impiden el rebrote de los árboles más grandes. Los pastores también contribuyen a prevenir los incendios forestales, ya que sus animales eliminan la biomasa de los bosques.

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