Abejas danzan para transmitirse instrucciones y alcanzar alimento

Redacción BM Editores.

Abejas danzan para transmitirse instrucciones y alcanzar alimento ABEJAS DANZAN COMUNICARSEPor sorprendente que parezca, las abejas “hablan” entre ellas para comunicarse y transmitirse instrucciones, lo que confirma que estos insectos son mucho más inteligentes de lo que uno puede pensar o creer, se revela en una investigación realizada por el etólogo austriaco Karl Ritter von Frisch.

La investigación, difundida por National Geographic, da a conocer que el etólogo austriaco se destacó por los estudios que realizó de la danza de la abeja, movimientos que en su momento pasaron desapercibidos por muchos, pero que otros como Ritter von Frisch los empujó a la curiosidad para conocer las razones de ese comportamiento inusual en insectos tan pequeños.

Las abejas son unos insectos extremadamente sociables que viven en colonias que se establecen en forma de enjambres y en los que se organizan en una estricta jerarquía de tres rangos sociales: la abeja reina, los zánganos y las abejas obreras. Las abejas son los polinizadores más importantes de las plantas con flores o magnoliofitas. Se calcula que la tercera parte de los alimentos humanos han tenido una razón o vinculación con el trabajo y la generación de ellos.

Pero el estudio de las abejas no hubiera estado completo, sin las investigaciones de Ritter von Frisch sobre la danza que ejecuta una abeja, frente a otras, y que tiene mucho más razones que el simple movimiento ante las demás compañeras.

Ritter von Frisch, al que se considera padre de la etología y que recibió el Premio Nobel de Fisiología y Medicina en 1973, y cuya labor de investigación la desarrolló en el Instituto de Zoología de la Universidad de Rostock y en el de Breslau, se concentró en descifrar los excéntricos bailes de las abejas y sus gestos, movimientos que dibujaban en elaborados “ochos” y que representan un absoluto misterio.

El investigador colocó un plato de agua con azúcar para una de sus abejas de su colmena experimental, la abeja bebió de ahí antes de volver a su hogar. La abeja que marcó con un pincel volvió a disfrutar el agua con azúcar.

Fue así que Ritter von Frisch notó que una multitud de otras abejas se unían a la primera, eran siempre sus compañeras de colmena, pero lo sorprendente del experimento es que el investigador alejó cada vez más el plato y las compañeras de la abeja guía siempre lo encontraban, lo que resultó muy sorprendente para el científico.

Entonces, Ritter von Frisch se preguntó, ¿Cómo podían las compañeras de la abeja guía marcada encontrar el plato, por muy escondido y alejado que estuviera?

La respuesta estaba en los movimientos espasmódicos que hacía la abeja guía, para con precisión matemática definir el lugar al que había que ir, con una precisión que sorprendería a muchos.

La bailarina usaba el ángulo del Sol para ubicar la localización exacta de la comida a sus hermanas. El movimiento de derecha a izquierda, de arriba hacia abajo, indicaba a sus compañeras la dirección que debían efectuar para alcanzar el alimento deseado.

En síntesis, la abeja guía mostraba las coordenadas exactas en tiempo y espacio, aunque estuviera a kilómetros de distancia, del alimento deseado, lo que nos plasma en su más alta dimensión la inteligencia de estos insectos.

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