Por qué aislar los galpones de aves en todos los climas

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Artículo Técnico Cobb

Un buen aislamiento minimiza la entrada de calor en el verano y la pérdida de calor en el invierno, reduce los niveles de condensación y los problemas de humedad en la cama y aumenta la vida útil del galpón.

Con una amplia variedad de materiales de aislamiento térmico disponibles, los productores deben determinar qué tipo de material funciona mejor para sus galpones de aves.

Cada tipo de material ofrece un nivel diferente de capacidad de aislamiento para satisfacer las necesidades de los productores, que se expresa mediante un valor de resistencia (valor R). Cuanto mayor es el valor R, más eficiente es el material para evitar la transferencia de calor.

Por qué aislar los galpones de aves en todos los climas aislar galpones aves 2La tabla 1 indica el valor R de cada material, según el grosor indicado, como se señala en el manual de Código de valor R de ASHRAE.

Una de las ideas equivocadas más comunes sobre los galpones para aves es que, durante la época de calor, la mayor parte del calor que causa estrés por calor entra al galpón a través del cielo raso. Las personas que han estado alguna vez en el techo o el ático de un galpón de aves un día de verano pueden entender por qué alguien pensaría eso. Los estudios han demostrado que los techos de metal pueden alcanzar una temperatura de 160°F, y que la temperatura en el ático puede superar fácilmente los 130°F en los climas calurosos en el sur.

Sin embargo, en la mayoría de las circunstancias, la principal fuente de calor en un galpón de aves, son las aves. Cuando las aves digieren el alimento, se genera calor. Cuanto más grande es el ave, más alimento consume y más calor produce. Un ave produce unas cinco BTU (la cantidad de calor necesaria para aumentar la temperatura de una libra de agua un grado Fahrenheit) de calor por hora por cada libra de peso corporal. Un ave que pesa tres libras producirá 15 BTU de calor y un ave de seis libras producirá 30 BTU de calor cada hora, sin estrés calórico. Puede parecer que eso no es mucho calor, hasta que se considera que habitualmente hay unas 20,000 aves en un galpón de 40 pies (12 metros) por 400 pies (121 metros), lo que hace que el total de BTU de calor producidas en cada hora sea de 500,000 BTU o más.

¿Qué pasa con el cielo raso? Si el cielo raso tiene aislante, relativamente poco del calor producido por el sol entra en el galpón.

Incluso con un ave relativamente pequeña (menos de cuatro libras), las aves producen cinco veces la cantidad de calor que entra a través del cielo raso. La cantidad de calor producida por aves más grandes es todavía mayor, con frecuencia siete veces más que el calor que llega desde el cielo raso. Eso no quiere decir que el calor del cielo raso no tiene ningún efecto en la temperatura del galpón, sino que el efecto es relativamente pequeño en comparación con el calor producido por las aves.

Cuando el aire entra en un galpón, se calienta por el calor producido por las aves y por el calor que entra a través del cielo raso. Cuánto se calienta el aire está determinado por la cantidad total de calor producido en el galpón y el tiempo que el calor permanece allí.

Tener un aislamiento de buena calidad en el cielo raso tiene un beneficio significativo para los productores de pollos de engorde durante todo el año. Durante la época con temperaturas bajas, el aire caliente producido por las criadoras (calefactores), los calentadores y las aves, sube rápidamente hacia el cielo raso. Si el cielo raso no está aislado de forma adecuada, ese valioso calor lo atravesará, lo que resultará en temperaturas del galpón más bajas y mayores costos de calefacción.

Por qué aislar los galpones de aves en todos los climas aislar galpones aves 1

Por el contrario, durante el verano, el aislamiento mantiene el calor que entra al galpón a través del cielo raso en un mínimo. En un día caluroso de verano, las temperaturas en el ático en galpones con cielos rasos bajos pueden superar fácilmente los 130°F. Si el cielo raso no está aislado correctamente, el calor del espacio del ático entrará al galpón, lo que causará temperaturas más altas en el galpón y un desempeño de las aves más bajo.

El material aislante más común para cielos rasos bajos en este momento es el aislamiento con celulosa soplada. El aislamiento con celulosa soplada tiene un buen valor R, es relativamente fácil de instalar y es económico. Cuando se instala correctamente, el aislamiento de celulosa soplada ha demostrado ser un material aislante muy eficaz para galpones de aves con cielo raso bajo, pero también tiene problemas.

El problema más común con el aislamiento con celulosa soplada es la tendencia a “deslizarse” desde la parte más alta del cielo raso, lo que deja esa área con poco o ningún aislamiento. El movimiento del aislamiento de celulosa alejándose de la parte más alta del galpón generalmente se debe a que la mayoría de los cielos rasos bajos tienen inclinación, el plástico que se usa para contener el aislante es relativamente resbaladizo y el constante movimiento giratorio de los ventiladores extractores puede hacer que el cielo raso vibre. Además, si las aberturas de los aleros hacia el espacio de ático son demasiado grandes, los vientos fuertes tienden a volar el aislamiento de la pared lateral. Este problema se puede manejar correctamente, casi totalmente, asegurándose de que el tamaño de las aberturas de los aleros hacia el espacio de ático se mantienen en el mínimo posible.

El desplazamiento del aislamiento puede ser un problema difícil y costoso de resolver. Tradicionalmente, muchos productores simplemente soplan más celulosa en las áreas que se han quedado sin material con el tiempo, mientras que otros colocan relleno de fibra de vidrio de diez pies de longitud en la parte más alta del cielo raso. Y ahora hay una tercera opción: aislamiento de fibra de vidrio estabilizada soplada. Este es un producto con un aglutinante especial que hace que el aislamiento con fibra de vidrio se mantenga unido después de la instalación. Originalmente, esta técnica se desarrolló para usar en cielos rasos en casas con pendientes de hasta 45 grados, en lugares en los que es difícil lograr que un aislamiento soplado se mantenga en el lugar. En los últimos años, se ha instalado en muchos galpones de aves nuevos y ya construidos, y los resultados parecen prometedores.

Para los productores con galpones simples y más viejos, y sin medios económicos de mejorar la estructura del galpón, sugerimos plantar árboles o instalar redes para dar sombra a los lados del galpón.

Incluso esta solución simple puede crear mejores condiciones ambientales para las aves. Cielo raso bajo de plástico y coberturas de plástico para las paredes.

Referencias:

  • Manual de ASHRAE (Sociedad Estadounidense de Ingenieros de Calefacción, Refrigeración y Aire Acondicionado).
  • Guía de manejo de reproductoras y pollos de engorde de Cobb‐Vantress 2017.
  • John Worley, Farm Structures and Waste Handling (Estructuras de granja y manejo de desechos), 1995.
  • Bucklin, R.A., R.W. Bottcher, G.L Van Wicklen, M. Czarick. 1993. Reflective Roof Coatings for Heat Stress.
  • Relief (Recubrimiento reflectivos para techo para alivio del estrés por calor).

Artículo publicado en Los Avicultores y su Entorno

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