La gripe aviar

En este artículo

Carlos Buxadé

Reflexiones

1ª semana diciembre 2021.

Se lo exponía el otro día a unos alumnos: la lógica preocupación que genera la evolución, léase progresión, de la presencia de la Peste Porcina Africana (PPA), en el marco de la Unión Europea (U.E. – 27), parece haber diluido, al menos en cierta manera, otras amenazas, que podríamos denominar de carácter patológico, que, en mi opinión, se ciernen sobre nuestras producciones pecuarias.

Y me referí, con carácter preferencial a una compleja enfermedad denominada INFLUENZA AVIAR, también conocida como GRIPE AVIAR.

Se trata de una infección viral de la que se conocen varias cepas que se clasifican de una forma muy genérica en dos grandes grupos: Influenza Aviar de Baja Patogenicidad (IABP), que suele cursar como una enfermedad leve que, incluso puede ser asintomática, e Influenza Aviar de Alta Patogenicidad (IAAP) que da lugar a signos clínicos graves y también a una alta tasa de mortalidad que puede llegar, para la gran mayoría de las especies domésticas, al 100 por 100, en un plazo de 36 a 48 horas.

Hay que tener en cuenta que los denominados influenzavirus A son los agentes causales no sólo de la Gripe Aviar sino también de las gripes porcina, equina y humana. La problemática de estos virus, de tipo ADN, es que poseen, por una parte, como es bien conocido, una alta tasa de mutación y, por otra, una gran capacidad de redistribución genética; como consecuencia de la misma se pueden genera muchas variantes, subtipos, del mismo.

Un problema añadido de la Gripe Aviar es que algunos de estos subtipos como, por ejemplo, el H5N1 y el H7N9 pueden afectar a la especie humana y generar una tasa elevada de mortalidad (de hasta un 60 por 100). Por su parte Rusia ha informado a la OMS que había detectado el primer caso de transmisión a un humano de esta enfermedad provocada por la cepa H5N1. Se trata, en definitiva, de un virus en el que algunas de cuyas cepas tienen un alto poder pandémico.

A nivel pecuario el impacto global que genera la Influenza Aviar supera claramente al aspecto puramente sanitario porque las zonas geográficas que se ven afectadas por esta enfermedad viral no pueden exportar sus producciones y la misma da lugar, paralelamente, al sacrificio masivo obligatorio de aves.

Por lo tanto, no hace falta indicar que mantener a un país libre de Influenza Aviar es absolutamente fundamental porque este status es el que permite exportar aves y productos avícolas.

Por esta razón nuestro país no permite la importación de aves vivas ni de productos avícolas frescos que puedan proceder, directa o indirectamente, de países que tengan declarada la enfermedad (España, al día de hoy, está libre de Influenza Aviar).

En la Unión Europea la situación es realmente delicada. Desde hace cuatro meses se han detectado en ella más de 130 casos de Influenza Aviar. Por esta razón, todos los Estados de la U.E. – 27 han aumentado las medidas de bioseguridad (en algunos casos, incluso, confinando a todas sus aves domésticas), y han intensificado significativamente la vigilancia sobre las aves silvestres. Téngase en cuenta que en el periodo 2020 – 2021 esta enfermedad afectó a 23 millones de aves domésticas en la U.E. – 27.

Y, como escribía hace unos párrafos, la situación es actualmente delicada, porque Alemania declaró hace tres semanas un brote del subtipo H5N1 altamente patógeno en una granja de patos. Por su parte Francia también ha comunicado que ha detectado la cepa H5N8, altamente contagiosa, en la región de las Ardenas francesas; y ha sacrificado casi 40.000 aves como medida de precaución. Otros Estados de la Unión Europea como, por ejemplo, los Países Bajos y Dinamarca, también han informado de la presencia de la enfermedad.

Una clara vía de contagio la constituye la migración de las aves afectadas por el virus (especialmente las acuáticas). En el periodo de agosto a diciembre las aves abandonan sus zonas reproductivas, situadas, en gran medida, en Rusia (que ha notificado la presencia del virus en su territorio) y cruzan el continente de este a oeste, buscando zonas más cálidas y propagando la presencia del virus.

Por lo tanto, a nivel práctico, es muy importante evitar el contacto directo con aves silvestres, y en el caso de encontrarse algún ave muerta o enferma avisar inmediatamente a las autoridades veterinarias competentes, para proceder a su análisis.
Hemos de ser todos bien conscientes de que la Influenza Aviar es siempre una seria amenaza y no sólo a nivel zootécnico.

Artículo publicado en Los Avicultores y su Entorno Febrero- Marzo 2022

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