Redacción BM Editores.
La bioseguridad es de suma importancia en la movilización y transporte de pollitos, “pasajeros” sensibles de un día en promedio de nacidos y cuyo sistema inmune todavía no es maduro y que pasarán de un ambiente controlado y en el que se encuentran de manera inicial en una incubadora y van hacia el exterior, aseguró Luis Granado Otal, en la publicación AviNews.
En su artículo “Limpieza y Desinfección de los Vehículos de Transporte de Pollitos”, Granado Otal señaló que todo aquel que se dedica a esta actividad productiva debe tener un plan de bioseguridad, concepto global que tiene que considerar medidas estrictas y las cuales tienen que cumplir todos los que trabajan en esta actividad en los distintos procesos productivos.
En este caso, el especialista se concentra en las características particulares que se tienen que aplicar en el proceso de limpieza y desinfección de los vehículos de transporte de pollitos, siempre sin olvidar que el fin es salvaguardar la seguridad de la explotación frente a la entrada y diseminación de agentes potencialmente patógenos.
“En primer lugar, lo que tenemos que asegurarnos es que las condiciones higiénico-sanitarias de ese ‘’exterior’’ sean las óptimas para proteger tanto a los animalitos que van a ser transportados y a la granja de destino, ya que los vehículos pueden actuar como vector de transmisión entre diferentes explotaciones y su posterior diseminación dentro de la misma”, señaló.
Además, añadió que este proceso de transporte supone un estrés que puede favorecer aún más un debilitamiento del estado de salud de los animales.
“En cuanto al vehículo de transporte tenemos que tener en cuenta que en el transporte de pollitos muchas veces se emplean los mismos vehículos que transportan los huevos desde las reproductoras hasta la planta de incubación, por lo tanto, el tipo de suciedad que vamos a encontrar en el interior puede provocar problemas de sanidad”, afirmó.
E indicó que: “Tras el transporte de huevo podemos encontrar albumina y yemas o suciedad en el exterior típica de transporte por carretera como polvo, grasa o residuos de combustibles o insectos. Por eso es importante mantener limpieza para evitar contaminaciones cruzadas en movilizaciones”.
“También es importante, aunque parezca obvia su recomendación, tener una calidad microbiológica del agua empleada para limpieza, pues de esta situación adversa se puede generar una condición de riesgo y no favorable para los pollitos”.
“Cabe destacar que la desinfección del vehículo se realizará de forma inversa a la limpieza, aquí se comenzará desinfectando el interior del mismo, posteriormente ensamblando si fuera necesario partes móviles, para posteriormente desinfectar el exterior, sin olvidar las partes menos visibles”.
“El proceso de limpieza y desinfección del vehículo ha de realizarse lo antes posible tras el vaciado del mismo, y en cualquier caso no tardando más de 24 horas tras el transporte, por lo que se recomienda precintar el vehículo para tratar de que se abra antes de una nueva carga. Aun así, si hay un periodo largo tras la limpieza y desinfección y el siguiente uso, se recomienda siempre la realización de una segunda desinfección por nebulización o en forma de humo seco”.
“Todo este proceso ha de ser documentado y los registros guardados para garantizar el cumplimiento de los marcos generales de bioseguridad de las plantas, y como uno de sus objetivos fundamentales la preservación de la vida de los pollitos que se encuentran en procesos diversos de producción”, finalizó.
